Ni es la primera vez que habla en estos términos, ni probablemente sea la última. Eduardo García Serrano, el periodista que fue condenado por llamar “zorra” y “puerca” a la exconsellera socialista Marina Geli. ha vuelto a protagonizar una nueva polémica por sus insultos al colectivo LGTBQI.
El periodista de Intereconomía llegó a confesar hace unos días en El Gato al Agua que si una persona transexual fuera a la clase de sus nietos, sería capaz de cometer un delito por el que tendría que terminar en la cárcel.
“Si a un LGTB, H, J, K, L, M, N, O, P, V, Z, que antes escroto y pene y ahora se ha hecho una vagina de diseño y se ha puesto unas tetas de saldo, va a la clase a la que están mis nietos a hablarles de las bondades de la sodomía y de las bondades de los placeres sáficos; yo voy a la cárcel. Pero, además, con razón”, comentó.
Esta no es la primera vez que García Serrano tiene un discurso machista u homófobo. Hace unas emanas definió a Irene Montero como “la chati de Pablo Iglesias”. "De Irene Montero sabemos pocas cosas. Lo imprescindible, porque tampoco hay mucho más en su currículum. Sabemos que actualmente es la zarina roja de Pablo Iglesias. Su chati, vamos. Que gracias a su relación personal con el alfeñique bolchevique es la portavoz parlamentaria de Podemos”, ha dicho en Intereconomía.
“Y que, por enamorado mimetismo, se ha convertido en un clon dialéctico de su amado. Habla igual que él y hasta gesticula como Pablo Iglesias. Dado el torpe e idéntico aliño indumentaria que ambos gastan, si los ves de espalda con coletita y vaqueros, no sabes quién es quién”, ha añadido.
Un año antes también hacía suyos los insultos que había denunciado la dirigente de la CUP, Anna Gabriel. "De Anna Gabriel lo sabemos todo, porque ella misma nos lo ha contado: que es una puta traidora, amargada y malfollada. Tal cual se ve a sí misma. Y lo cierto es que por su forma de taparse, Anna Gabriel no se viste, se limita a tapar con harapos propagandísticos el cuerpo con el que la madre naturaleza la ha castigado. Es evidente que alguno de los adjetivos con los que Anna Gabriel se autodefine le quedan como anillo al dedo", comentaba.
Eso por no recordar cuando García Serranotuvo que pedir perdón públicamente a Marina Geli por haberla insultado."Periodísticamente no soy gran cosa. Mi padre sí era un maestro. Y sé que las palabras que pronuncié, allá donde está le hirieron tanto como usted porque están diametralmente del estilo que me enseño".