The Walking Dead es todo un fenómeno de audiencia y la única serie capaz de hacer sombra en la actualidad a la superproducción de HBO Juego de tronos. Sin embargo en los últimos tiempos han surgido algunas señales que muestran que podríamos estar ante el fin de la ficción.
La demanda de Robert Kirkman
La primera de ellas es la demanda de Robert Kirkman a AMC por considerar que el reparto de los beneficios de la ficción no ha sido justo. La acusación basa sus argumentos en que AMC se aprovechó presuntamente de la integración vertical de su estructura para llevarse más beneficios de The Walking Dead de los que les correspondían.
AMC ha respondido a la demanda asegurando que este tipo de denuncias son muy comunes en la industria y solo persiguen aprovecharse del éxito de una producción. Asimismo, la compañía ha asegurado que pretende seguir trabajando Kirkman como socios mientras defienden enérgicamente su posición ante una demanda "oportunista" e "infundada".
El fichaje de Kirman por Amazon
Sin embargo, curiosamente la denuncia de Kirkman ha llegado apenas tres días después de que Amazon anunciara un acuerdo con el principal cerebro detrás de The Walking Dead para producir contenido exclusivo para Amazon Prime por dos años.
Ni Kirkman ni AMC han explicado que ocurrirá con The Walking Dead y Fear The Walking Dead tras este fichaje. Sin embargo, no se trata de la primera salida de alguien importante para la producción. Hace ahora cuatro años el cineasta Frank Darabont fue despedido como productor ejecutivo de la serie en la segunda temporada, por lo que éste tiene todavía abierta una demanda en la que exige 280 millones de dólares como compensación.
Los datos de audiencia
La tercera señal del principio del fin de The Walking Dead son sus datos de audiencia. Durante su última temporada, la ficción ha sufrido un importante desgaste respecto a sus anteriores temporada pasando de promediar 13,15 millones en su sexta temporada a 11,34 en la séptima, su peor dato desde la tercera temporada.
Y eso que el primer episodio de la temporada consiguió reunir a 17,03 millones de espectadores, su segunda mejor marca de estreno. Sin embargo, poco a poco fue perdiendo audiencia hasta firmar su tercer peor final con 11,31 millones de espectadores.
La crítica
Tampoco le ha ido mejor en cuanto al recibimiento de la crítica. Por primera vez en su historia, la ficción ha bajado de un 70% en Rotten Tomatoes tras anotar un 66%, un 12% menos que la anterior temporada y lejos del 90% de la quinta temporada.