Decir que Operación triunfo ha copiado a Tu cara me suena es absurso. Son de la misma compañía, la misma productora, y comparten muchos cerebros para llevar a cabo la tarea del show. Pero este lunes se ha notado que el programa de TVE ha mejorado sustancialmente sus puestas en escena, fijándose mucho más en lo que se hace en el programa de Antena 3.

Mientras que en las semanas anteriores se han visto puestas en escena más sencillas, en esta Gala 2 el programa ha apostado por unos temás más decorados, con más contenido sobre el escenario y que así sean más recordadas por los espectadores. 

Las actuaciones han contado con más interacción y eso ha permitido que la gala sea bastante más amena. Esto, sumado a que este lunes el programa tenía más contenido con el que rellenar la gala ha sido la confirmación de que Operación triunfo es un formato redondo para la televisión de hoy en día. 

El casting funciona a la perfección durante las galas y durante toda la semana a través del canal 24 horas. Y eso se nota en la noche de los lunes. Operación triunfo es un show redonde al que se le ha quedado pequeño el paso del tiempo. 

Y es que lo único malo de Operación triunfo es ser más de lo que se esperaba. Más de lo que seguramente esperaba TVE. Porque Operación triunfo debería haber sido una apuesta en la que dejarse más dinero, ese que se gastan en otro tipo de derechos. Porque es la estructura que rodea al programa lo que se convierte en su peor enemigo, lo que encorseta al formato.

Operación triunfo ya tiene a sus favoritos. A sus buenos y a sus malos. A su relación de amor. A los queridos y odiados miembros del jurado. Han conjugado al equipo perfecto.