Desde el pasado 1 de marzo, Kantar Media, la empresa que posee el monopolio en la medición de audiencia en nuestro país, ha comenzado a medir a los invitados. Es decir, a aquellas personas que no viven en casa pero que esporádicamente se convierten en espectadores de un televisor que tiene audímetro.
De esta forma se empezaron a incorporar a las mediciones, por ejemplo, al estudiante que vuelve al hogar durante el fin de semana, los padres o madres que trabajan fuera durante gran parte de la semana, los niños de padres divorciados, trabajadores del hogar como asistentas o niñeras y, lo más importante, invitados durante emisiones deportivas.
Esta nueva medición ha repercutido en los datos de los programas e incluso en resultados mensuales
Esto ha llevado a un incremento del consumo mensual de televisión de entre un 6% y un 8%, según estudios del mercado, repercutiendo así en los datos de audiencias de los programas y los resultados mensuales de las cadenas.
A pesar de ello, ni Mediaset España ni Atresmedia están haciendo uso de esta medición. De momento sólo RTVE se suma el dato de los invitados, lo que le ha ayudado, por ejemplo, a que sus informativos puedan liderar por encima de los de las privadas.
Pero, ¿por qué las cadenas privadas aún no utilizan esta nueva medición? Según fuentes de Mediaset España, el grupo con sede en Fuencarral empezará a sumar invitados a sus audiencias a partir de enero de 2018 ya que están adaptando su política comercial al nuevo escenario.
En el mismo sentido se muestran desde Atresmedia. Fuentes del grupo explican que se trata de un dato que dará una visión aún más proporcionada de la audiencia real de la televisión y que ya cuenta con el consenso de todos los principales actores implicados en el mercado; por lo que se comenzará a utilizar de manera efectiva en no mucho tiempo”.
Un tipo de espectador menos 'fiable'
Este retraso por parte de ambos grupos es lógico, según fuentes del sector. Al contrario de lo que ocurre en la radio, donde el sistema de medición de audiencias ha estado siempre en entredicho, en lo que respecta a la televisión, su sistema cuenta con un amplio consenso y ahora es necesario que la nueva medición cuente con el beneplácito no sólo de las televisiones, sino también de los anunciantes.
Por ello, durante los últimos meses se ha estado perfeccionado y testando este nuevo sistema, ya que el problema que conlleva consigo es que al invitado no se le puede calibrar igual que al espectador tradicional.
Es decir, mientras que del espectador tradicional sabemos su edad o clase social, del invitado no se puede afinar con tanto acierto en determinados parámetros, por lo que no se puede vender igual una medición con invitados que sin ellos.