Arranca la Navidad. Este lunes 13 de noviembre, la Lotería de Navidad ha parido un nuevo spot en el que anuncia el sorteo del próximo 22 de diciembre. Con ello, da por empezada la campaña de Navidad. Como cada año, Loterías y Apuestas del Estado busca una nueva forma de llamar la atención de los espectadores a través de una historia que toque el corazón. Pero es desde hace unos años cuando la compañía de apuestas se ha vuelto mucho más sensible, siguiendo el exitoso ejemplo de Campofrío y sus anuncios navideños. 

Antes la Navidad recibía con los brazos abiertos los anuncios de Freixenet y los de la Lotería. Los primeros eran mucho más llamativos en cuanto a luces de color, brillos y coreografías. Los segundos siempre intentaron ir hacia el corazón. Sin embargo, se quedaron encasillados durante muchos años haciendo anuncios bonitos, pero sin fondo.

2011, el descubrimiento de Campofrío

No fue hasta que llegó Campofrío cuando en Loterías se pusieron las pilas para intentar ser otra vez el anuncio más recordado de la Navidad. Campofrío destacó por primera vez en la Navidad de 2011. Aquel año reunió a muchos de los cómicos más recordados de nuestro país y obligó a llorar a más de un espectador. Habló de crisis, de elementos reales con los que el público se identificó. 

Lotería de Navidad, por su parte, llamó a los niños aquel año. Creó una fábrica de sueños que, aunque a simple vista era un cuento visual con mucho sentido, no había trasfondo y no consiguió la viralidad de su recién nacida competencia. La Lotería de navidad perdía en ese momento la corona del anuncio más esperado del año.

Campofrío ya se tenía la lección aprendida. Ya sabía lo que gustaba. Por eso repitió la fórmula durante varios años. En 2012 contó con Fofito como estrella principal de su anuncio. En 2013 todos cayeron rendidos ante Chus Lampreave.

Campofrío se convierte en el gran anuncio de Navidad

Pero fue en 2014 cuando Campofrío dio un paso más allá y emitió un anuncio capitaneado por Santiago Segura que arrancaba con los incendios de una de las plantas de Campofrío en Burgos y que hablaba de que "a todos se nos ha quemado algo". Habló de las preferentes, de la paciencia, del cierre de negocios, de corrupción. Campofrío se volvía más real que nunca y conseguía coronarse como elemento indispensable cada Navidad.

Mientras tanto, Lotería de Navidad seguía jugando a las fábricas de sueños irreales, mucho más imaginativas y que no ponían los pies en el suelo. Lotería de Navidad jugaba mucho más a lo místico y no se dejaba ver por las calles. En 2013 puso a cantar a algunas de las estrellas más reconocidas de la música en aquel anuncio tan parodiado.

Lotería de Navidad aprende la lección

Y entonces echaron el freno para poder volver a competir. En 2014 nacería aquel anuncio en el que un hombre se quedaba sin premio por no haber podido comprar un billete para la Lotería mientras todo su barrio lo celebraba. El dueño del bar, sin embargo, le había guardado una participación. Así es como nacieron las primeras historias en los anuncios de la Lotería. Historias que tenían un sentido. Anuncios convertidos en cortos para televisión. En 2015 esta misma historia estaría narrada a través de un pequeño cuento de animación. 

El pasado año, Loterías de Navidad quiso dar un golpe en la mesa con su historia más sensible. Una historia narrada a través del Alzheimer de una abuela, de la ilusión de toda una familia, de todo un pueblo, por una única persona. Los informativos se echaron a la calle para conocer cuál era ese pueblo y quién era aquella mujer. 

Cuando ya han aprendido que hay que contar historias para que el público se quede con el mensaje, este año Loterías de Navidad ha llamado a la puerta de Alejandro Amenábar para que cree una historia de amor de más de 20 minutos (aunque en televisión sólo se verán tres) entre una extraterrestre y un terrícola a los que une la Lotería. Aunque Loterías vuelve a jugar con lo fantasioso, alejándose de nuevo de la realidad, al menos siguen construyendo historias sensibles. Algo que, sin duda, les enseñó la competencia en esto de hacer anuncios.