El 17 de noviembre de 1997 la granadina Ana Orantes moría quemada por su propio marido, con el que compartía vivienda en pisos diferentes, y del que estaba separada. En esta ocasión no supuso un nombre más para la lista de mujeres que morían a manos de sus parejas o exparejas, sino que supuso un antes y un después. Sobre todo, porque el crimen se cometía dos semanas después de que la mujer contase en el programa De tarde en tarde de Canal Sur los malos tratos que recibió durante 40 años.
En su charla con Irma Soriano narró como en una ocasión, tras una paliza, llegó a creeer “que me había roto la cara de lo que sonó”, cómo su hija se casó siendo una adolescente con tal de huir de una casa en la que su padre le “le tocaba los muslos por debajo de la mesa” y de la que ella misma, en ocasiones, no podía salir pues él no le permitió ni ir a la boda de sus hermanos.
Esta mañana, en el día contra la violencia de género, el nombre de Ana Orantes se convirtió en Trending Topic recordando el caso que sirvió para que los medios de comunicación dejasen de hablar de “crímenes pasionales” para hablar de violencia de género o violencia machista, y que sirvió para que en 1999 se publicase una guía para víctimas de este tipo de delitos. En 2003, aún con su caso en la memoria, se aprobaron las enmiendas del Senado a la proposición de Ley reguladora de la orden de protección para víctimas de violencia doméstica.
“Ana Orantes, con su vida, con su sangre, consiguió que se modificara el código penal”, recordaba este verano Irma Soriano en una entrevista en Radio Manilva, cuando le preguntaron por aquel caso. En la charla con el locutor Jorge Santos la andaluza explicó que Ana llamó en varias ocasiones al programa para contar su testimonio, y que conoció el crimen cuando acudía a trabajar a La Ser. "Ana Orantes estará siempre en mi vida porque fue algo increíblem extraordinario, porque gracias a Ana muchas mujeres tienen una segunda oportunidad sin tener que salir corriendo de un día para otro con sus niños", afirmó entonces la comunicadora.