La llegada de Netflix a España en octubre de 2015 puso una nueva forma de consumo sobre la mesa a la que los españoles estaban poco acostumbrados. Un marco televisivo que cada vez tiene más fuerza en nuestro país y ante el que las televisiones privadas han tenido que actuar a tiempo para no quedarse atrás.
El catálogo de Netflix era poco amenazante en un principio y en sus primeros meses de vida dado que sus grandes títulos ya estaban vendidos a otras plataformas como Movistar+. Sin embargo, poco a poco todos sus títulos nuevos fueron llegando a España de forma exclusiva a la plataforma y su relevancia fue adquiriendo fuerza con el paso del tiempo. Llegarían series como The Crown, Stranger Things o los títulos de Marvel que cuentan con una gran cantidad de fieles seguidores.
Por el camino, España se convirtió en un territorio inexplorado y deseado por muchas plataformas de pago que quisieron desembarcar. En menos de dos años han llegado a España otras marcas fuertes como HBO, Amazon y Sky. A esto hay que sumar que el pasado mes de octubre Movistar+ comenzó a emitir sus primeras series originales y ya cuenta con tres nuevos títulos en el mercado: Velvet Colección, La Zona y Vergüenza.
La oferta en cuanto a ficción española ha aumentado tanto en estos últimos años que ha habido que adaptarse a los nuevos tiempos en tiempo récord. Y es que estas plataformas están dispuestas a hacerse un hueco en ficción española, un área en el que no habían jugado hasta ahora.
El consumo de televisión desde el pasado mes de septiembre ha hablado. Todas las cadenas de televisión son conscientes que, después del verano, ha habido un cambio de sentido en cuanto al consumo de televisión en abierto. Las audiencias han bajado de forma notable y cuesta mucho más trabajo llegar a los 3 millones de espectadores. “En estos momentos alcanzar un 14% de cuota es algo bueno”, decía hace unos días Sonia Martínez, directora de ficción de Atresmedia, antes de que se emitiera el final de La casa de papel.
Un puntal llamado Atresmedia Studios
Atresmedia y Mediaset España se han adaptado de forma distinta a los nuevos tiempos. El grupo de Antena 3 y laSexta anunciaba la pasada semana la creación de la compañía Atresmedia Studios con el fin de crear y vender contenido, sobre todo centrado en el mundo de la ficción, a otras plataformas como pueden ser Netflix o HBO. No se trata de una productora como tal, pero sí de una compañía que podría ejercer así en caso de ser necesario.
Atresmedia se ha creado una gran marca de forma internacional gracias a sus series de televisión. Ficciones como Gran Hotel o Velvet cuentan con un gran éxito en sus ventas internacionales, lo que ha situado al mercado español en el punto de mira. Ficciones más arriesgadas como La casa de papel le han concedido a Atresmedia un carácter rompedor muy valorado fuera de España. De ahí que el grupo audiovisual haya decidido dar un siguiente paso para intentar colocar su marca en otro tipo de plataformas.
Mediaset, productora de series externas
La estrategia de Mediaset España es algo diferente. Ante la disyuntiva que se estaba creando en España, el grupo decidió apostar por el productor y creador Aitor Gabilondo como su carta de presentación. Tras su salida de la productora Plano a Plano (El Príncipe, Allí abajo), Gabilondo creó la productora Alea Media con el empujón de Mediaset España, que tiene un 40% de esta compañía.
El objetivo de esta alianza era crear series de televisión que tuvieran como destino, además de Telecinco, las nuevas plataformas de pago. Y no ha tardado mucho en llegar el primer proyecto. Alea Media será la productora que adapte la obra literaria Patria, de Fernando Aramburu, a la pequeña pantalla. Será la primera serie española de HBO.
"Es una gran noticia que se esté haciendo tanta ficción. Las cadenas tienen que estar a disposición de los espectadores: intentar acertar. Nuestro objetivo siempre va a ser llenar el patio de butacas. Tienes que tener claro qué público tienes y darle lo que demanda", asegura Arantxa Écija, directora de ficción de Mediaset España. "Cada narración debe tener un número de capítulos y es verdad que a veces nos habremos equivocado al cerrar ese número de episodios", declara Écija.
Una evolución necesaria y obligada
Las televisiones privadas han echado el ancla porque no quieren que estas nuevas plataformas lleguen para quitarles el trono que han tenido desde que llegaran en los años 90. En estas tres décadas no han tenido competencia y las nuevas formas de consumo de los jóvenes, como YouTube, no parecían haber hecho mucho daño. De ahí que su reacción se haya hecho esperar tanto.
Su estrategia es sencilla: no ver a las plataformas como un enemigo y convertir a las compañías internacionales como un aliado, como una nueva forma de expansión que les han puesto en bandeja. Y es que gracias a Netflix o HBO ya no tendrán que hacer una gran inversión monetaria para que sus series sean internacionales. De eso ya se encargarán las plataformas de manera gratuita. Ellos sólo tienen que poner las ideas y, gracias al trabajo de estos últimos años, los éxitos se verán en medio mundo sin mucho esfuerzo y con un mejor resultado.