La plataforma china de vídeos iQivi, perteneciente a Baiudo y similar a Netflix, lanzó recientemente una asistente virtual llamada Vivi con la que el usuario podía interactuar a través de unas gafas de realidad virtual. Entre otras cosas, la asistente podía bailar eróticamente si se le pedía, y se la podía “seducir” para que se riese, jugar con ella o incluso hacerla bailar.

Inicialmente Vivi, que ayudaba a elegir el mejor título del catálogo dependiendo de la ocasión, recibió una buena recepción por parte del público. Pero pronto las redes sociales a nivel internacional tacharon a la compañía de fomentar la cosificación de la mujer y de falta de tacto en una época en la que semanalmente se destapan varios casos de abuso sexual.  

Después de que The Wall Street Journal contactara a iQiyi para comentar lo pernicioso de que el avatar virtual pudiese alimentar la idea de que la mujer puede ser tratada como un objeto, la compañía acabó retirando a la asistente y pidiendo perdón. "Queremos pedir disculpas por la preocupación que pueda haber generado", afirmó la empresa, que indicó que "la versión inicial beta del producto fue diseñada para conocer la opinión de nuestros clientes".