Después de triunfar en nuestro país en cintas como Jamón, jamón, La buena estrella o Los años bárbaros, Jordi Mollá dio el salto a Hollywood para  participar en Blow con Johnny Depp y Penélope Cruz. Tras aquello llegarían papeles en Dos policías rebeldes 2, con Will Smith, Elizabeth, la Edad de Oro, con Cate Blanchett, El Álamo, con Dennis Quaid, o En el corazón del mar, con Chris Hemsworth, entre otras.

Pero por cada papel que aceptó, hay muchos que rechazó. Uno de los más conocidos, un rol protagonista en una pequeña serie destinada a cambiar la historia de la televisión: Perdidos.“No me explicaban nada, no sabía nada, y me tenía que ir al día siguiente a Hawái, seis meses y con un contrato que igual pues me ataba a años. No lo sé, no quise entrar. Y me dijeron: ‘Mira, si quieres vegetar y escribir tus memorias es perfecto’. Y yo pensé: ‘Ni quiero vegetar ni quiero escribir mis memorias'"

"Lo pasé muy mal. Sabía muy bien a qué estaba diciendo no. Desde el sofá se ve todo muy fácil, pero luego hay que hacerlo. Antonio Banderas me dijo un día una cosa muy cierta. ‘Nosotros, los actores españoles, tenemos una ventaja con respecto a todos estos de aquí, de Hollywood. Nosotros nos podemos ir cuando queramos. Ellos no’ (…) La libertad es una decisión. La libertad es poder decir no”, añadió.

Mollá también contó cómo llegó a Jamón, jamón, la cinta que marcó el arranque de su carrera profesional y que le ofreció la oportunidad de conocer a otra alma libre: Bigas Luna, y a Javier Bardem y Penélope Cruz. “Fui a un casting en Barcelona para esta película. En la prueba hacía que pinchaba una tortilla y comía. Pasó un mes y medio, yo ya me había olvidado, y de repente pum, me llaman y me dicen: ‘Bigas quiere verte’. ¿Bigas? ¿Qué Bigas? ¿Luna? Hostia, pero ¿para qué? Y dicen: ‘Para hacerte una prueba con Penélope’"

"Llegué y lo primero que me dijo Bigas fue: ‘Hiciste tan bien la imitación de cómo te comías el pincho de tortilla que acabé de trabajar y me fui a comer una tortilla de patata(...) Bigas era un hombre que tenía una capacidad para la vida increíble. Cuando hacía películas con él, no parecía que grabásemos una película, parecía que íbamos a comer y de paso hacíamos una película. Tenía un sentido del humor, una inteligencia…”.

Sobre Javier Bardem, recordó una anécdota respecto a la grabación de una secuencia donde ambos peleaban: “Un día de ensayos Bigas nos preguntó: ‘¿Queréis dobles para esta escena? Y Javier se vino arriba y dijo: ‘No, no. Jordi, ¿no, verdad? Somos nosotros. Y yo me quedé así mirándole y pensé: ‘Este tío no sabe lo que dice’. Y dije: ‘Mmm… bue… vale’. El palizón que nos dimos fue increíble. La herida que se le ve a Javier en la película es real, se la hice yo. Terminamos hechos polvo”.