"Telecinco no contaminará a Cuatro ni Cuatro contaminará a Telecinco. La potenciación de Cuatro pasa por potenciar el 'target', la imagen y la marca de Cuatro, y no tenemos que 'cuatrizar' Telecinco ni 'telecinquear' Cuatro".
Con estas palabras quiso salir al paso el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, tras las informaciones que apuntaban a un posible cambio de rumbo en el diseño de la parrilla de Cuatro tras su fusión con Telecinco.
Tras la fusión, la cadena se convirtió en el segundo plato del grupo
Sin embargo, ya con las primeras decisiones en la que hubo trasvase de contenidos y presentadores de Telecinco a Cuatro o la marcha de programas como El Hormiguero o Tonterías las justas, los medios empezaron a hablar de un ‘telecinqueado’ de la cadena roja.
Unos cambios que llevaron consigo una pérdida de calidad pero, sobre todo, de competitividad ya que la cadena se convirtió en el segundo plato del grupo de comunicación. Todo aquello que no tenía hueco en Telecinco, era relegado a Cuatro. Y así, pocos meses después de hacerse efectiva su fusión, la cadena cayó a un 5,5% de cuota de pantalla.
De estos errores fue aprendiendo Mediaset, que en la presentación de la siguiente temporada quiso hacer guiño al nacimiento del antiguo canal de Sogecable, llevando a cabo una cuidada presentación basada en la primera puesta de largo de la cadena.
Y así, poco a poco, la cadena fue recuperando el espíritu con el que nació y durante 2015 vivió su mejor año desde 2010, pasando en un solo año de un 6,7% a un 7,2% y recortando su distancia con laSexta a dos décimas.
Lo más alejado a su ADN
Sin embargo, los fantasmas de aquel ‘telecinqueado’ de Cuatro han vuelto con más fuerza que nunca. Y es que, aunque desde el punto de vista de las audiencias, el traslado de Mujeres y hombres y viceversa puede ayudar a levantar los datos de la cadena en la tarde, desde el punto de vista de su imagen, es una noticia terrible.
Y es que el dating show de Telecinco es lo más alejado al ADN de Cuatro por mucho que desde el grupo de comunicación se justifique esta decisión porque el “target que tiene este programa es afín a Cuatro”.
La juventud de Cuatro es (o era) inquieta, se preguntaba todo
Nada más lejos de la realidad. Mujeres y hombres y viceversa no es Fama, ¡a bailar! No es un reality en el que se premie el esfuerzo como ocurría en la academia de baile. No es ni tan siquiera ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, que más que un dating show es un espectáculo de edición y montaje.
Y ni mucho menos es First Dates, otro dating show que se ha convertido en un gran ejemplo de diversidad y tolerancia en prime time sin ningún tipo de sensacionalismo. ¿Cuántos años lleva pidiendo Emma García un trono gay en su programa?
MYHYV es ha sido, es y será siempre es el arquetipo de la generación Ni-Ni, de ese público cuya única meta en la vida es la fama. La juventud de Cuatro es (o era) inquieta, se preguntaba todo, se interesaba por formatos arriesgados. La juventud que sigue MYHYV, en cambio, es un público que es capaz de rebelarse en redes sociales porque Telecinco varía la programación a causa de un atentado o una tragedia.
Telecinco sí ha contamiado Cuatro. Y lo peor es que lo ha hecho con un formato que está herido de muerte, con un programa que quizá ya debería pasar a mejor vida después de haber cumplido su ciclo tras más de diez años en antena.