Lo que ‘Operación triunfo 2017’ ha significado para la televisión española
El programa musical se despide este lunes de los espectadores después de tres meses de concurso.
6 febrero, 2018 04:35Aunque eran muchos los que pedían el renacer de Operación triunfo, cuando TVE dio luz verde a una nueva edición del concurso musical en abril del pasado año mucho se echaron las manos a la cabeza. El programa debía adaptarse a los nuevos tiempos y, al mismo tiempo, intentar recuperar la esencia de los primeros años. Ahora, a toro pasado, después de tres meses de concurso, Operación triunfo echa de nuevo el cierre.
OT 2017 ha sido un gran éxito se mire por donde se mire. Pero ha sido un éxito inesperado en cierto sentido. Y es que, más que un programa de televisión que ha arrasado en términos de audiencia tradicional, es un programa de televisión que ha contaminado (de forma positiva) todo aquello que ha ido tocando.
El pasado lunes, con la gala dedicada a elegir al representante de España en Eurovisión, era la primera vez que superaba los 3 millones de espectadores. De ahí el decir que, respecto su audiencia tradicional, no ha sido un programa que haya arrasado. Sin embargo, OT ha ocupado todas las conversaciones en estos últimos tres meses en redes sociales y medios de comunicación.
Un programa de televisión abriendo medios de comunicación. Un reparto musical que se convierte en un gran debate social. Especialistas en música hablando del fenómeno. Artistas peleados por querer aparecer en el concurso. Y, en medio de todo esto, una nueva generación de 16 jóvenes vírgenes en eso de los medios de comunicación que se han vuelto a encontrar con el golpe mediático sorpresa que ya había desaparecido en televisión.
Desde hace mucho tiempo un formato musical no conseguía este alboroto mediático
Hacía mucho tiempo que un programa de televisión no ocasionaba este revuelo. Claro que ha habido programas de televisión con mucha audiencia. Incluso, programas que han conseguido una mucho mejor audiencia que Operación triunfo. Sin embargo, desde hace mucho tiempo un formato musical no conseguía este alboroto. Todo el mundo se ha querido sumar a OT, desde grandes marcas hasta cadenas de la competencia.
La huella que deja 'OT'
Puede parecer que Operación triunfo 2017 haya sido algo que viene, triunfa y se va. Tres meses de programa para luego olvidarnos de lo que ha sido. Operación triunfo ha llegado para quedarse. Con esto no queremos decir que el programa de televisión vaya a continuar durante varias ediciones, sino que esta forma de llevar el formato ha dejado un poso en la televisión del que tardaremos en recuperarnos.
La viralización de este programa ha sido vital para su subsistencia
Lo primero que ha dejado claro Operación triunfo es que la televisión necesita ir de la mano de las redes sociales. OT sin Twitter no hubiese sido OT. Desde el primer momento, TVE y Gestmusic han sabido abrir las manos a plataformas como YouTube y Twitter, donde se ha compartido todo lo que ocurría en la Academia, sin peros que valgan. La viralización de este programa ha sido vital para su subsistencia.
Operación triunfo ha sabido encontrar en el mensaje positivo su verdadero éxito. Ha dejado atrás las broncas y el morbo que tanto ayudaba a la televisión en el pasado para convertirse en aliado del joven marginado, un mensaje que ha sido tomado con los brazos abiertos por los adolescentes, los que más ruido positivo le han concedido al programa de televisión.
Al mismo tiempo, y sin darnos cuenta, Operación triunfo también ha jugado con la nostalgia. Y es que no es un programa de televisión que sólo sigan adolescentes. Este formato marcó la época de muchos jóvenes que ahora tienen entre 30 y 40 años y que siempre tendrán un hueco para el programa de televisión. Con el simple hecho de marcarse un buen espectáculo musical, tendrían a este público en el bolsillo.
Operación triunfo ha disfrutado siendo el altavoz de las nuevas formas de amar y de querer
OT ha hecho de la libertad sexual su bandera. Gracias, en mucha parte, a los mensajes conciliadores de Los Javis en la Academia, Operación triunfo ha disfrutado siendo el altavoz de las nuevas formas de amar y de querer. Una nueva forma de ver la amistad, por muy pasteloso que suene al leerlo. No es el primer programa de televisión que se abre tanto a estas nuevas formas de expresarse. Pero OT, lejos de esconderse, ha hecho de este mensaje su escudo, su sello.
Una forma de televisión que ha demostrado que funciona a la perfección. Y es que las audiencias, al principio algo regulares, han ido mejorando de forma notable con el paso de las semanas. Demuestra así que, lo que es bueno, termina teniendo el efecto boca-oreja que los grandes formatos de la televisión siempre han conseguido. OT se despide por la puerta grandes, dejando una gran huella en el camino y dejando claro que la televisión, si quiere, todavía puede sorprender e ilusionar.