El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, está en boca de todos. A través de su programa de radio ha reivindicado la monogamía y la fidelidad como dos de las aportaciones del cristianimo a la "dignidad de la mujer", y ha criticado al "feminismo radical" por defender "causas falsas" que tiene como "víctima a la propia mujer" porque la reducen a "un instrumento de placer" al desligar la sexualidad de la procreación.
Minulla también señala que el aborto ha provocado un "genocidio femenino" al convertirse en un "instrumento selectivo" utilizado en algunos países para que no nazcan niñas. "Es curioso cómo el demonio puede meter un gol desde sus propias filas. El feminismo, al asumir la ideología de género, se ha hecho una especie de harakiri", asegura.
Unas palabras que no son nuevas en boca de José Ignacio Munilla. El obispo ya tiene una larga lista de declaraciones polémicas a través de sus discursos públicos, habiendo enfadado a muchas mujeres y homosexuales en estos últimos años.
Fue en el año 2014 cuando el programa Por fin viernes de ETB entrevistaba a Munilla después de haber hecho unas polémicas declaraciones en sus actos públicos. Allí fue preguntado por el aborto, los homosexuales y el derecho a decidir de las mujeres.
"Una cosa es decidir cuándo y cómo ser madre y otra es, cuando ya es madre, pretender decidir dejar de serlo. La libertad de uno termina allí donde hay un bien objetivo que yo no tengo derecho a ignorar su presencia. Donde existe ya un ser humano ya no existe un derecho a decidir sin ser madre o no serlo. Madre ya lo es. Entonces la pregunta es si tengo derecho a acabar con la vida de un niño ya concebido", aseguraba Munilla, completamente en desacuerdo con la reforma de la ley del aborto.
Munilla dejó claro que no está de acuedo en llevar a cabo el aborto ni aunque haya habido una violación de por medio. Asegura que hay que propiciar la adopción cuando los padres no se pueden hacer cargo del niño.
Respecto a la homosexualidad, Munilla se mantuvo cauto y no quiso hablar de "enfermedad", como sí había hecho en declaraciones anteriores. En este programa habló de "heridas del pasado" y aseguró que la Iglesia acompaña en este camino. "La Iglesia no entra a juzgar la consideración técnica de lo que es la homosexualidad", dijo. Habló así de la "virtud de la castidad" para sobrellevar la homosexualidad.
Después de sacar a relucir la castidad, el presentador del programa le preguntó sobre la violencia de género. Y es que el obispo de San Sebastián ya había utilizado esta palabra para prevenir los casos de violencia machista. "No hay que usar a la mujer como un objeto. Cuando uno tiene una visión de la sexualidad como un usar y tirar, cuando uno ve a la mujer como un goce, de ahí a utilizarla y a abusar de ella hay un pasito".