La sombra de la manipulación siempre ha pesado sobre algunos talents musicales. Hasta ahora, testimonios de exconcursantes habían arrojado un poco más de luz sobre este asunto. Sin embargo, ningún responsable de estos formatos había hablado abiertamente sobre ello.
Pero este pasado fin de semana, la directora de la academia de Operación Triunfo 2017, Noemí Galera, reconocía en una entrevista en SModa que la salida de Amaia Romero de la primera edición de El Número Uno había sido pactada.
“Allí descubrí una criatura con talento, pero con unos padres preocupados cuando vieron que iba sumando galas y que, con ellas, aumentaban sus ausencias del colegio, aunque recibía clases particulares mientras estábamos grabando en Barcelona”, empieza comentando Galera, que por entonces era subdirectora del programa.
“Así que Tinet (Rubira) tomó una sabia decisión y pactó con sus padres la mejor salida para Amaia, con el fin de que finalizara sus estudios. Para ello se utilizó la figura de Mónica Naranjo que lo hizo maravillosamente como lo hizo”, añadía.
Este reconocimiento de un pacto para una expulsión en un talent show recuerda así a las palabras de la madre de Naím Thomas, que ya explicó en un libro coescrito con el periodista Wayne Jamison que durante la primera edición de Operación Triunfo le avanzaron la fecha de expulsión de su hijo antes de echarle.
Todo ello aparecía en OT, la cara oculta (2005), un libro sobre el programa de Gestmusic que fue secuestrado judicialmente previamente a que conociese su contenido. Contratos fantasma, moobing psicológico a los concursantes, cláusulas de confidencialidad… eran algunas de las denuncias que hacían algunos exconcursantes en aquel libro.
El caso de Pablo López
Otro rumor que siempre ha pesado sobre Operación Triunfo es aquel que hablaba de que algunos concursantes ya estaban seleccionados antes de pasar los castings. Unos rumores que volvían la semana después de que Pablo López contara algo que no debía haber contado en Mi casa es la tuya.
"Yo me presento a Operación Triunfo porque estaba en un hotel y un día que mi madre era la única espectadora, entró un cliente especial. No sé si esto lo puedo contar", dijo el malagueño. "¿Por qué?", le preguntaba extrañado Bertín Osborne. "Bueno sí, lo voy a contar", añadía el cantante.
"Ésa persona era Ángel Llàcer, que era director de la Academia", explicaba López reconociendo que conoció al por entonces profesor antes de presentarse a los castings. "Me pidió que siguiera tocando, que acababan de terminar una función de teatro. Y le dije que no, que había terminado mi turno. Mi madre me dijo que era un borde y al final me quedé un rato y toqué”.
“Por tocar perdí el Cercanías y tuvo que coger un taxi con lo que había ganado esa noche. Y mi madre me dijo que me presentara a un programa de estos. Hice una apuesta porque yo le decía que me presentaba y no me cogían. Y mira, me cogieron”, explicó.