Fue allá por 2002, cuando se pusieron de moda los talent shows con el nacimiento de Operación triunfo, cuando Jesús Vázquez se puso al frente de su primer concurso musical con Popstars. Aunque ha tenido épocas más relajadas, lo cierto es que el presentador se ha convertido en la cara indispensable de cualquier talent en Telecinco.
Lo curioso es que terminaría presentando ese Operación triunfo que hizo que llegaran los talent shows musicales a España como hoy en día los conocemos. Y después llegarían numerosos formatos internacionales a su bolsillo como La Voz y Got Talent España, donde estuvo en la primera edición. Pero el de ahora lo mira con otros ojos, pues es el programa musical que más estrellas ha lanzado a lo largo y ancho del planeta: Factor X.
Dice que siempre había soñado con presentar este programa y ahora lo puede tachar de su lista. Esa lista en la que ya le quedan muy pocos programas por presentar. Y es que Jesús Vázquez se ha especializado en un tipo de programas, pero dice que no le importaría cambiar de género. Desea un concurso, para no tener que ceñirse tanto a un guión y volverse loco otra vez delante de una cámara.
De momento, este viernes su tarea es estar al frente de ese Factor X junto a Laura Pausini, Xavi Martínez, Risto Mejide y Fernando Montesinos. Telecinco estrena este viernes la primera gala del programa y doblará la emisión el miércoles que de la semana que viene con una segunda gala. Producido por FremantleMedia, Factor X regresa a España para demostrar si sigue quedando hueco para tantos talent shows.
¿Te consideras el rey de los talent shows?
Uy, no que yo soy republicano. No me pongas títulos reales. Es verdad que últimamente me he ido especializando en hacer programas de talentos, que es un lugar en el que yo estoy muy cómodo. Me gusta mucho disfrutar del talento de los demás y me gusta compartir las emociones y todas las cosas que pasan en estos programas.
¿Es una especialización buscada por ti o que te ha venido sin querer?
Ha venido así. Yo he hecho de todo en la tele. Llevo casi 30 años haciendo televisión y he hecho desde talk shows con entrevistas, talent shows, realities… Últimamente, como está teniendo tanto auge los programas de talento, hay muchos y Telecinco tiene unos cuentos en su parrilla. Yo hago todos los que puedo.
¿Y no pides otras cosas?
Con el trabajo yo soy muy agradecido y muy respetuoso. Como ya he hecho de todo en muchas otras cosas, si tienen que venir, vendrán. A mí me encantaría volver a hacer un concurso. En los concursos me lo paso bomba y disfruto muchísimo. Volvería a hacer un Allá tú o algún programa de esos porque es que me lo paso bomba. Estos programas de talentos son maravillosos, pero son barcos muy grandes y todo funciona milimetrado y cronometrado. En un concurso como el que yo hacía es un desmadre. En Allá tú yo no tenía guión. Había que abrir las 22 cajas en una hora. Tira y haz lo que quieras.
¿Hay espacio en España para tanto talent show?
Ya sabes cómo es esto de la tele: cuando algo funciona vamos a saco. A veces, hasta que no nos dice la audiencia de parar pues no paramos. ¿Para qué vas a parar si la cosa va bien? De momento, parece que hay sitio. Acaba de terminar Operación triunfo y con gran éxito. Parece que a las personas les gusta ver a otras personas con talento en la televisión y les gusta compartir sus emociones y sus historias. Les gusta sentirse identificados y ver que pueden hacer realidad sus sueños. Esa fórmula gusta mucho. En España gusta muchísimo.
¿Y has visto ese ‘Operación triunfo’ del que hablas o hay demasiada nostalgia?
Pues es un poco eso. Me da un poco de nostalgia porque yo lo presenté cuando estuvo en Telecinco y me da penita. Pero bueno, ya no es nuestro. No ha sido algo voluntario no verlo. He estado con mucho lío y no ha coincidido. He visto trocitos pero no lo he seguido semana a semana. Aunque me alegro muchísimo de su éxito porque tengo muchos amigos allí.
Yo también me siento ofendido cuando algunos obispos hablan en sus homilías.
Protagonizaste hace algunas semanas algunos titulares con tu foto inspirada en Jesucristo hablando de la libertad de expresión. ¿Nos hemos vuelto demasiado comedidos?
Estamos viviendo un momento un poco preocupante, de pérdida de libertades y que parece que nadie reacciona a esto. Ya no es sólo mi portada en Zero, hay muchas cosas de los 80 y de los 90 que si ahora se hicieran también podrían abrir diligencias. Creo que el cambio del artículo 510 del Código Penal ha sido desastroso porque ahora todo el mundo se puede acoger a que le odian y que es un delito contra los sentimientos. Creo que no, que es libertad de expresión. Te puede hacer gracia o no, pero está dentro de la libertad de expresión.
Yo también me siento ofendido cuando algunos obispos hablan en sus homilías. Ellos dicen que es su libertad de expresión. A mí me insulta gravemente un obispo cada vez que hace una homilía. Me llaman enfermo, delincuente.
enemos que luchar por mantener los derechos fundamentales y la libertad de expresión es uno de ellos
¿Es en parte culpa de las redes sociales, que hacen que los mensajes malos también tengan más eco?
Creo que no tenemos que tener la piel tan fina. Tenemos que luchar por mantener los derechos fundamentales y la libertad de expresión es uno de ellos. Donde se demuestra que ese derecho hay que ponerlo en práctica es cuando no te gusta lo que dicen otros. Es inconcebible que una fiscalía, por una foto, haya condenado a un chaval que ha mezclado su cara con la de una estatua. Yo levanto mi voz contra eso y por la libertad de expresión. Cada uno que se vista, que se disfrace y que se burle. Hay que reírse de todo. Si a alguien no le hace gracia… a mí tampoco me hace gracia muchas cosas que se dicen de los gays y me tengo que aguantar.
¿Qué es lo primer que te provoca cuando te ponen ‘Factor X’ sobre la mesa?
¡Bieeeen! Es un poco esa sensación. De los grandes talents mundiales este es el que nos faltaba. O el que me faltaba a mí. Es un poco lo mismo que pasaba cuando llegó La Voz. Yo veía ese programa y pensaba que era un formatazo. Me dieron Operación triunfo, La Voz y siempre pensé que el único formato que me faltaba por presentar era Factor X. Y llegó. Estoy feliz.
¿Volverías al mundo del reality, que ha evolucionado mucho desde que lo dejaste? Ahora es más agresivo, más complicado…
Es un poco más, sí… Sí lo haría. ¿Por qué no? Tampoco ha cambiado tanto. Tenemos esa sensación. Cuando yo hacía Supervivientes había mucha caña. Y yo hice Hotel Glam, que creo que tuvo imágenes que hoy en día no se podrían emitir por la cantidad de insultos, peleas y burradas que habían en ese programa. Y hasta físicos. No le tengo miedo a ningún reality. Estoy curtido en muchas batallas.
Llevas metido en el mundo de los talent shows desde ‘Popstars’. Si no te llamo el rey de los talent shows, ¿cómo te llamo?
El presidente. Es verdad que soy amigo de muchas de las estrellas de ahora y es un honor. Yo les vi nacer televisivamente. Ellos ya eran estrellas, como es el caso de Pablo López. He tenido la oportunidad de conocerles. Después de tantos años haciendo estos programas te vas haciendo una panda de amigos que van saliendo de ahí y se han ido convirtiendo en estrellas. Estuvo hace poco Pablo [López] en mi casa y hasta le alquilé un piano para que me tocara. Para mí estar sentado en casa y ver que Pablo tocaba para mí se me ha quedado para siempre.