La primera secuencia del primer capítulo de la tercera temporada de Vis a vis que se ha estrenado en exclusiva en el XXI Festival de Málaga no podría resumir mejor lo que ha pasado con la propia serie. En ella, una Zulema a la que casi habíamos dado por muerta tras entrar en coma, ‘resucita’ con más fuerza que nunca.
Y es que eso es precisamente lo que ha ocurrido con la ahora serie de FOX. La ficción de Globomedia ha sabido aprovechar su paso al pago y su necesidad de cambiar de Cruz del Sur por Cruz del Norte para limar aquellos pequeños detalles que iban en contra la ficción y mejorar de forma sobresaliente.
Un cambio del que, además, se valen los guionistas para presentar a las protagonistas de la ficción para recordar por qué están en prisión pero, sobre todo, para atrapar a todos aquellos espectadores que se puedan enganchar ahora a la ficción.
A partir de ahí, como así se le exigía a la serie al pasar al pago, Vis a vis se vuelve aún más oscura con Macarena como máximo exponente de ello. Si ya en la segunda temporada nos habíamos olvidado de aquella ‘mosquita muerta’ que entró en Cruz del Sur, aquí los guionistas nos llevan a empezar a odiarla de cara a posibles drásticas decisiones futuras.
También ayuda a ello, sin ninguna duda, el recorte en la duración de sus capítulos de 70 minutos a 50. Vis a vis deja atrás sus historias paralelas fuera de la prisión, que aunque no parecían metidas con calzador, sí ralentizaban mucho la trama, para centrarse ahora sólo en lo que ocurre entre las cuatro paredes de una más oscura y claustrofóbica Cruz del Norte.
En cuanto a los nuevos personajes, resulta todo un acierto haber decidido refrescar el reparto, aunque haya supuesto deshacerse de papeles como el de Cristina Plazas o Ramiro Blas. Adriana Paz, Itziar Castro y Ruth Díaz brillan con luz propia.
La Marea Amarilla está de enhorabuena. Si alguna vez soñaron la vuelta de Vis a vis, ésta era la mejor que podrían imaginarse.