Javier Cárdenas volvía a convertirse en lo más comentado en redes sociales este martes después de que horas antes tuviera un comentario más que desafortunado en Hora Punta al decirle a una joven con parálisis cerebral que "quién la quisiera".
Una salida de tono que nos hace recordar que el presentador catalán ya fue condenado hace unos años junto a Xavier Sardá por el Tribunal Constitucional por burlarse de un discapacitado en 2014.
En concreto, el TC amparó a un hombre discapacitado físico y psíquico en un 66 % que fue entrevistado en el programa Crónicas marcianas, que emitía Telecinco en 2002 y cuyo derecho al honor y a la propia imagen fue vulnerado por la cadena, condenándole a pagarle 15.000 euros por burlarse de él.
El Tribunal Constitucional (TC) reprochó a Telecinco que en Crónicas Marcianas se utilizara "la vulnerabilidad" de un discapacitado psíquico "con la clara y censurable intención de burlarse de sus condiciones físicas y psíquicas, atentando de esa manera no solo contra sus derechos al honor y a la propia imagen, sino incluso contra su dignidad".
El Supremo había anulado el fallo de un juzgado de primera instancia, que había condenado a Telecinco a pagar esa indemnización a la víctima de las burlas porque la cadena, el director del programa Cronicas Marcianas, Javier Sardá, y su colaborador Javier Cárdenas vulneraron su derecho al honor. El TC volvió al criterio del juzgado y corrigió al Supremo.
La sentencia relataba cómo en una entrevista emitida en octubre de 2002 Cárdenas formuló al discapacitado diversas preguntas "acerca de la disyuntiva entre la vocación y ganar dinero, pero en la mayoría de las ocasiones no le permitió que completara una respuesta, pues le interrumpía" hasta que llegó un momento en el que el entrevistado se confundía y contradecía.
Este tipo de manipulaciones se repitió en varias ocasiones y en alguna de ellas con referencia a la sexualidad del entrevistado, narraba también la sentencia. "No solo carecía de valor informativo alguno -añade- sino que, además, fue realizada únicamente con propósito burlesco, para ridiculizar al entrevistado, poniendo de relieve sus signos evidentes de discapacidad física y psíquica".