La televisión unió a dos genios de la literatura española: Miguel de Cervantes y Camilo José Cela. En los años 80, cuando Pilar Miró estaba a la batuta de Televisión Española, se comenzó a levantar un proyecto para llevar a la pequeña pantalla 'El Quijote', e inicialmente iba a contar con una primera temporada de 8 episodios y una segunda de 10. Una producción que contaría la pluma del Nobel Camilo José Cela en el guion.
El Quijote de Miguel de Cervantes, llegó en 1992 a Televisión Española en 1992, pero fue diferente a lo que Cela escribió: solo tuvo cinco entregas, y además, el guión fue diferente. Y es que hubo que reescribir el libreto debido a que no se podía trabajar con lo escrito por Cela, tal como explicó su director Manuel Gutiérrez Aragón en el libro Conversaciones con Manuel Gutiérrez Aragón. Y es que aquello era una transcripción literal de la novela, carente de sentido cinematográfico.
El guión de Cela era una transcripción literal de la novela sin sentido cinematográfico
Cela tenía una promesa personal de no adaptar para la pantalla una novela, pero accedió por un buen motivo: un caché multimillonario, que algunos cifraban en 60 millones. Esto causó un revuelo, y Pilar Miró tuvo que salir a aclarar lo sucedido a través de un escrito a El País en 1991.
“El proyecto sobre la obra de Cervantes, iniciada y encargada por mí personalmente a Emiliano Piedra como productor, constaba de 18 capítulos de una hora de duración. Por su trabajo: seleccionar el contenido de esas 18 horas, elaborar los guiones que luego trabajarían Manolo Gutiérrez y Mario Camus en colaboración con él y la coordinación literaria de su realización, el señor Cela, a través de su agente Carmen Balcels, cobró cincuenta -no sesenta- millones de pesetas. Otra cosa es el mal uso que posteriormente se haya hecho del proyecto inicial”, explicaba Miró.
El nombre de Cela se mantuvo en los créditos
Finalmente, el nombre de Cela se mantuvo en los créditos, ya que era aconsejable tanto por prestigio como por el desembolso que había supuesto su trabajo, pese a que hubo que rehacer todo el texto y la versión final distaba muchísimo de lo entregado por el Nobel.
La serie se estrenó en enero de 1992, y fue muy bien recibida. Estuvo protagonizada por Fernando Rey como el Quijote y Alfredo Landa como Sancho Panza, y obtuvo dos premios en el Festival de Televisión de Cannes. Fernando Rey, además, se alzó con el Fotogramas y el TP al mejor actor de televisión.
Aquel verano de 1992 se comenzó a escribir (o reescribir) lo que sería la segunda parte de la serie, que inicialmente iba a dirigir Mario Camús, pero el proyecto nunca se materializó por varias razones. El productor Emiliano Pineda estaba enfermo, Fernando Rey también (falleció en 1994), y además, requería de una gran inversión, ya que en la primera temporada, con solo cinco capítulos, se gastaron casi 2.000 millones de pesetas, más de un millón de los actuales euros.
En el año 2001, Manuel Gutiérrez Aragón volvió a ponerse al frente de una adaptación del Quijote, con Juan Luis Galiardo y Carlos Iglesias como caballero y escudero. Pero quiso aclarar que aquello no era una continuación de El Quijote de Miguel de Cervantes. “Ésta película no es la segunda parte de aquella serie. Es un Quijote completamente distinto, ésta es la historia de don Quijote cuando ya es caballero. Más allá de la aventura trata de la búsqueda que emprende don Quijote del otro Quijote, el que le ha suplantado, el de Avellaneda. Trata del abismo interior que le provoca al personaje el saber que tiene un competidor, un imitador”, explicó entonces Aragón sobre su cinta, El Caballero Don Quijote .