Aunque Tristán Ulloa siempre ha estado muy relacionado con la ficción patria, es en este momento uno de nuestros actores más internacionales. Es, en parte culpa, de la expansión internacional que está sufriendo la ficción española. Por eso el actor puede hablar en primera persona de lo que supone para la profesión este nuevo momento para la televisión. 

Ahora está en plena promoción de Fariña. Se trata de uno de sus títulos más personajes. Como gallego de adopción, Ulloa vivió en carne propia cómo se vivía en las tierras gallegas en los años 80 y ahora intenta transladar el mensaje a los espectadores a través de su personaje, el Guardia Civil que intenta frenar el narcotráfico. 

¿Pensabais que esta serie iba a ser lo que ha sido cuando recibiste el primer guión o siempre fue una serie pensada para un público minoritario?

Soy muy mal profeta para las audiencias. No recibo el primer guión, recibo los 10 guiones. Cuando los leí antes de empezar a rodar, lo primero que pensé fue: ojalá nos dejen rodar esto. Cuando los estábamos rodando pensé: ojalá nos dejen emitirlos. Cuando he visto que se ha emitido lo que se ha rodado y se ha rodado lo que se ha escrito he dicho: qué paso más grande hemos dado.

Un símbolo de la evolución de la ficción en nuestro país…

De la ficción en abierto.

Ahora los personajes empiezan a tener importancia y ya no hay tanta necesidad de que los acontecimientos sean trepidantes

Tú que has estado tan metido en ese mundo de series, ¿cómo has vivido esta evolución en España?

Ahora hay un riesgo en la forma de hacer y contar las historias y las tramas. Ahora los personajes son importantes. Hasta ahora, los personajes eran de una manera pero no pasaba nada con ellos. Pasaban acontecimientos. Ahora los personajes empiezan a tener importancia y ya no hay tanta necesidad de que los acontecimientos sean trepidantes.

Aquí, en esta serie, sí que hay acción. Hemos querido combinar una cosa con la otra, dar una de cal y una de arena. Pero también hay personajes y tienen su vida interior, su mundo. Encontrarte con un director, un grupo de guionistas, un productor y un productor ejecutivo que te permiten aportar y dar ideas para levantar un personaje entre todos ha sido un lujo.

‘Fariña’ es una serie en la que aparecen nombres reales de personas muy importantes de este país. ¿Qué pensaste cuando viste eso escrito en un guión?

Pensé que no se podrá hacer. Sobre todo, cuando mi personaje se presentaba en la Xunta. ¿Cómo puede ser que un Guardia Civil se presente así? Estamos hablando de los años 80. El hecho de que se hablase con nombres propios de lo que pasó era algo que nos preocupaba.

¿Tuvísteis miedo a represalias?

Y de tener que edulcurar nombres. Más de lo que nuestro sector ha sufrido por la política… Sabemos que hay gente corrupta y hay delincuentes y no estamos diciendo que todos sean así. Sabemos que los ha habido y que se ha escrito sobre ellos. Nos dio una gran sorpresa que esto saliera en Galicia y puede que sorprenda fuera de Galicia, pero es que allí esto era normal y era vox populi. De repente, que se diga con la misma naturalidad fuera de Galicia, que se lo que pensaba Fraga y el presidente de la Xunta ha sido complicado. Este señor se reunía con narcotraficantes. Me parece un paso importante hablar así.

Esto ha pasado en Galicia porque se permitía en Madrid. Galicia era un rincón olvidado por parte del Gobierno central

Ha sido levantar la alfombra de mierda. ¿Pensásteis en algún momento que podíais estropear la imagen de Galicia?

No, creo que en ese sentido en Galicia se están haciendo unas cuotas de pantalla que no se han visto nunca. Hemos llegado a un 52% de cuota de pantalla. La gente se siente muy orgullosa. Yo soy gallego también de adopción y mi familia es de Lugo. He vivido siete años en Galicia y tengo amigos de mi adolescencia allí. Lo que recibo de allí es un sentimiento de orgullo. Esto ha pasado en Galicia porque se permitía en Madrid. Galicia era un rincón olvidado por parte del Gobierno central. Que esto se diga en voz alta es importante para Galicia. Que se dé a conocer el talento que hay en Galicia también es muy importante.

¿Cuáles son tus recuerdos de aquellos tiempos cuando vivías allí?

Vivía en Vigo en los años 80. Viví del 82 hasta el 89. Era una realidad. Se veía continuamente en la prensa. Era el día a día. Fue una época muy complicada. Había mucho paro, una reconversión industrial, astilleros, mucha droga. Había una combustión cultural muy bestia, muchos grupos de música con muy poco dinero. Fue una época de muchos muertos por la droga. Ese es el recuerdo que yo tengo de la época.

Hablando con el hijo de Pablo Escobar, siempre ha dicho que lo que ‘Narcos’ ha hecho ha sido crear muchos aspirantes a narcotraficantes. ¿Crees que vosotros estáis también creando una versión guay de la vida del narco?

Eso es absurdo. Si alguien quiere ser narco por ver a Sito Miñanco en una serie es que tiene un problema. Nosotros no estamos idolatrando a los narcos. Entonces, el que juega a un videojuego en el que matas a personas tienes que ser asesino. Damos por hecho que la gente tiene cabeza y que sabe lo que está bien y lo que está mal. En el momento en que uno no distingue lo que está bien y lo que está mal es que tiene un problema. No dejemos de decir que esto es una ficción basada en acontecimientos reales que se recogen en un libro. Lo que hace Sito en la serie no es para tenerle cariño.

Tomando el secuestro del libro en el que se basa ‘Fariña’ como contexto, ¿se está encorsetando la sociedad y nos estamos quitando libertades según pasan los años?

Vivimos en un estado de falsa libertad de expresión y una falsa democracia. Se va a juzgar a un señor que se llama Willy Toledo porque se cagó en Dios. No hay juzgados suficientes en este país para juzgar a todos los que se han cagado en Dios alguna vez. Yo mismo lo he hecho. ¿Qué es esto? O a un señor que escribe canciones.

Estamos en un momento del neolenguaje, la nueva verdad que hace mucho ruido. Cuando nos disparan hay que hacer mucho humo y mucho ruido para que la atención vaya hacia otro sitio. Son los mismos de siempre los que hacen ese ruido y los que se escandalizan. Y son los mismos de siempre los que siguen robando. Tenemos un problema en este país: no ha habido una transición real. Estamos acostumbrados a tragar, tragar y tragar y pensamos que hay un estado de derecho con libertad de expresión. Nos sorprenden cuando pasan estas cosas, pero no es real que haya libertad de expresión en nuestro país.

Como actor, ¿con qué ojos ves la expansión internacional que está teniendo la ficción española?

Es muy bueno que la ficción tienda a globalizarse. Es bueno que vengan producciones internacionales aquí, que nosotros nos vayamos fuera o que las series de aquí se vean fuera. Creo que todo esto es bueno para todos y que de repente en un reparto haya un actor francés con uno inglés y otro español. Del mismo modo se ha globalizado el consumo y ahora el espectador elige cuándo y cómo lo ve. A nivel de producción está habiendo cambios y es positivo. Se están abriendo muchas formas de hacer audiovisual y tenemos que aprovecharnos del momento.