Esta semana Dkiss ha hecho un particular evento de cara a los festejos del Orgullo LGBTIQ. La cadena ha organizado un concurso en el que buscaba una drag queen para ser la madrina del canal en el Pride de Madrid, que cumple 40 años, y que irá en la carroza de la Fundación Eddy, patrocinada por Dkiss el próximo sábado 7 de julio.
El pasado jueves, La Prohibida y David Moreno presentaron una gala en la que quedaron como finalistas Gad Yola, Shirley Stonyrock y Sobredosis González compitieron por este honor, tras haber pasado una criba de más de cien participantes. Finalmente, Sobredosis se convirtió en la ganadora, y tras alzarse con la victoria, la drag vasca dijo que “lo importante es que llegue el mundo drag aquí a España, porque aquí también hay arte”.
El éxito de 'RDR' en España
Efectivamente, en España hay arte drag y transformista desde hace décadas, incluso en pleno franquismo, como ya demostraron figuras como Paco España, Pierrot, La Otxoa o Ángel Pavlosky. Poco a poco, en la televisión también fuimos viendo drag queens adquiriendo papeles importantes en programas, como Deborah Ombres, que fue presentadora y colaboradora de numerosos espacios, o Shangay Lily, quien incluso concursó como drag en La Granja de Antena 3. Además, por carnavales, es una tradición que se emitan los concursos de drags de Las Palmas o Tenerife.
Y así, haciendo mías las palabras de Sobredosis, sería interesante, que el talent show Rupaul’s Drag Race llegase a España, porque aquí también hay arte y sería muy interesante ver por televisión cómo se defienden las artistas nacionales.
Rupaul’s Drag Race es un programa que surgió hace una década de manera humilde, y que edición a edición ha ido haciéndose grande a nivel mundial. En él, la drag Rupaul (presentadora de televisión, cantante y actriz, entre otros oficios) busca la nueva drag Superstar de Estados Unidos, y para ganar tal título las participantes deben demostrar su talento cantando, haciendo playback, bailando, diseñando trajes o defendiéndose como actrices (y mientras, de manera transversal, nos dan auténticas lecciones de vida y de tolerancia). Como una auténtica institución, RuPaul es la presentadora y la juez, y es ella y solo ella quien decide quién se va y quién continúa.
Un éxito que en España se hace patente debido a que en menos de un año ya hemos vivido dos visitas de la gira mundial de las concursantes del talent, el pasado noviembre y el actual junio, y que llevó a reinas como Kim Chi, Shangela, Valentina o Latrice Royale a Madrid y Barcelona. Y también pasaron por la capital española en abril de 2016.
Con tal perspectiva, no es de extrañar que los derechos del programa ya se estén negociando en España, y que se hable de una pugna entre televisiones en abierto y de pago por hacerse con el talent. Aunque, de momento, no hay nada confirmado. Pero si Tailandia ya emitió su versión del Drag Race, y se anunció que Reino Unido tendrá la suya, ¿por qué aquí no?
Drags en otros talents
Solo hay que hacer un poco de zapping por los talents españoles para ver que hay muchas drags en España. Hemos visto transformistas en Factor X en las audiciones, en preselecciones eurovisivas, en Tu cara no me suena todavía, en Got talent y tantos otros. Así pues, parece que llega el momento para dar luz verde un programa específicamente para esta forma de espectáculo.
De hecho, así nos evitaríamos que nuestras drags nacionales tuvieran que irse fuera a concursar en competiciones de este tipo, tal como le ocurrió a Pakita, la drag sevillana a la que hace poco vimos concursar en The Switch Drag Race, un concurso de drags chileno (con cierto punto en común al de RuPaul) en el que no le dio mucho tiempo a brillar, pues se convirtió en la primera eliminada.
Eso sí, de hacerlo, que lo hagan con mimo, manteniendo y respetando el formato original. Una joya de 50-60 minutos con mucho contenido concentrado. Que no lo españolicen estirando las pruebas hasta la una de la mañana, como pasa con La Voz, MasterChef u otros formatos foráneos. Y que la calidad sea impecable, y que no haya estropicios como los de Factor X con el sonido en las galas en directo. Porque para eso, quizá, mejor seguir viendo el original.