Desde que Netflix aterrizara en España, su relación con las cadenas de televisión en abierto ha sido de amor y de odio. Lo cierto es que los grupos de comunicación fueron bastante reticentes a la llegada de la plataforma y, sin embargo, en unos años terminarían trabajando juntas en proyectos. Todavía se desconoce si la llegada de Netflix ha sido buena o mala para las cadenas que ya existían.
Con la llegada de Netflix a España se empezó a hablar de un cambio en el consumo de la televisión en abierto. Aunque es cierto que no es demostrable que la llegada de estas plataformas haya sido la culpable de que haya bajado el consumo de la televisión lineal, sí que es cierto que han abierto en el espectador las ganas del consumo bajo demanda.
El espectador ya quiere consumir, sobre todo series, cómo y cuándo quiere. Ya deshecha los horarios intempestivos y el trasnochar para tener que ver una serie de televisión. Y la llegada de estas plataformas ha acentuado y acelerado el proceso de adaptación de las cadenas tradicionales a los nuevos consumos.
Gracias a plataformas como Netflix, las series españolas ahora viajan por otros países
Sin embargo, y al mismo tiempo en que se han convertido en un nuevo competidor al que hacer frente en cuanto al consumo, también ha sido un claro aliado a la hora de exportar producto fuera de nuestras fronteras. Gracias a plataformas como Netflix, las series españolas ahora viajan por otros países con mucha más facilidad que antes.
La pasada semana se estrenaba la segunda temporada de Paquita Salas y se pudo ver a la vez en 190 países. Más allá de las originales de la plataforma también se producen numerosos acuerdos con las cadenas en abierto. Ficciones como La casa de papel, Fariña o La catedral del mar han alcanzado acuerdos internacionales con Netflix para que se vean en otros territorios.
Ahora es mucho más fácil que antes que una serie española triunfe fuera de nuestro país. Antes había que conseguir acuerdos puntuales con otras cadenas que quisiesen emitir la producción. Ahora, sin embargo, casi todas las series tienen una segunda vida en estas plataformas.
“Depende de a quien preguntes, te dirá una cosa”, dice el propio Carlos Fernández, director de Contenidos de Atresmedia. Muestra así la doble visión que se puede dar a la llegada de esta nueva televisión a nuestras vidas. “Hay gente que lo ve como oportunidad de negocio o que es un error. Esto ultimo pasa con Disney, su fusión con FOX y su retirada de Netflix. Nosotros no somos Disney. Para nosotros es una oportunidad de negocio”, asegura el directivo del grupo.
No creo que nuestras ficciones sean de peor calidad que las que tiene Netflix
Son unas declaraciones que Fernández ha dado a los medios de comunicación justo cuando acaban de anunciar que sus series de televisión tendrán a partir de ahora una duración de 50 minutos. Atresmedia deja así atrás los 70 minutos que perseguían las series españolas. Se trata de una forma de adaptarse a estos nuevos consumos y al mercado internacional del que ya hemos hablado. Y es que las ficciones españolas debían pasar por un segundo montaje cuando viajaban fuera de nuestras fronteras. Algo que, al no estar marcado en guión desde un principio, restaba calidad en algunos momentos a los proyectos.
“No creo que nuestras ficciones sean de peor calidad que las que tiene Netflix. Unas sí y otras no. Igual que las suyas. Ellos otorgan una oportunidad que yo no tengo. Ellos son un modelo de negocio y nosotros otro. Y, dentro de mi modelo, Netflix es una oportunidad de negocio. Nos ha internacionalizado a nosotros, a nuestras productoras, a nuestro sector, a nuestros actores, que no eran conocidos fuera de España. Es una oportunidad que no tienes de otra manera”, añade Fernández.
Tenemos que trabajar con esa realidad y no negarla
Una vez se ha aceptado que estas plataformas han llegado para quedarse, no queda otra que adaptarse. El que se quede atrás no sobrevivirá. El que lo niegue no tendrá una segunda oportunidad en el negocio. “Tenemos que trabajar con esa realidad y no negarla, sino aprovecharla para el beneficio de las dos partes”, asegura Carlos Fernández.
En las plataformas también han sabido ver que, o se alían con las cadenas de televisión en abierto o su futuro es mucho más complicado. Más allá de los acuerdos con las series y la participación en la producción de algunos proyectos, las plataformas se han fijado mucho en el tipo de serie que consume el español a la hora de iniciar sus propias producciones. De ahí que Netflix haya bebido tanto de Atresmedia en las ficciones Las chicas del cable, Élite y Paquita Salas. Y eso, al final, son buenas noticias para las cadenas tradicionales.