Ha sido casi como una serie de televisión. Desde que se instalara como una medida de denuncia el pasado 27 de abril, los Viernes Negros han tenido 12 entregas en los pasillos de RTVE. Ha sido una forma de luchar contra la manipulación, contra el bloqueo político para la llegada del cambio, contra el control gubernamental de una televisión pública. Este viernes se celebra el último, de momento, de la temporada. Una forma de tender la mano al cambio que parece que llegará pronto.
El negro, el color de luto, se instalaba en las redacciones de los servicios informativos de RTVE aquel 27 de abril. Era una forma de criticar que el PP bloqueara la ley aprobada en septiembre de 2017 y que permitía elegir al Consejo de Administración y al presidente de la Corporación por concurso público.
Como cada viernes, la primera en teñirse era Mara Torres. El jueves por la noche, en el arranque de La 2 Noticias, la presentadora ya lucía este color tan característico. Era como la campana que resonaba y que significaba el arranque de la denuncia. A partir de ese momento, el color negro se instalaba por todas partes.
De hecho, los trabajadores de RTVE no han sido los únicos que se han vestido de negro durante estas 12 semanas. A ellos se han unido numerosas personalidades, periodistas, compañeros o trabajadores de otras televisiones públicas que se han querido sumar al movimiento. De esta forma, los Viernes Negros se han convertido en una forma de denuncia que ahora frente, pero que no se abandona.
Se ha cumplido una de nuestras principales demandas
Desde el Consejo de Informativos de RTVE han anunciado que este viernes 13 de julio se celebrará el último viernes negro de esta oleada. Y es que, aunque paralizan el movimiento para dejar que el concurso público siga su cauce, no niegan que se retomaría si fuera necesario. “Se ha cumplido una de nuestras principales demandas”, aseguran desde el Consejo.
“Después de que los grupos políticos hayan desbloqueado por consenso la renovación de RTVE poniendo en marcha el concurso. Esperamos que esa unanimidad garantice que ningún partido tenga la tentación de modificar en el futuro el procedimiento por el que se elige una presidencia profesional e independiente”, declaran desde la organización.
Como toda decisión dentro de la Corporación, el Consejo dejó en manos de los trabajadores el continuar o no con esta lucha. Tras una primera votación en Torrespaña, en la que se decidió por 49 votos frente a 44 continuar con la protesta de los viernes, se abrió la votación a otros centros de trabajo de la Corporación. El resultado de esta consulta ha sido mayoritariamente favorable a secundar un viernes negro más “para dejar claro que seguiremos atentos al desarrollo del proceso”. Han votado 502 profesionales de toda España, de los que 288 se han manifestado a favor de la suspensión temporal a partir de este viernes.
Queremos incidir en que se trata sólo de una suspensión
Al mismo tiempo, afirman que cada trabajador podrá tomar la decisión individual de seguir vistiendo de negro cuando así lo sienta. Y quieren dejar claro que esto es una suspensión temporal, no el fin de un movimiento. “Respetamos, como no podía ser de otro modo, la decisión libre e individual de cada uno de seguir de negro y abandonar ese color cuando lo considere oportuno. Queremos incidir en que se trata sólo de una suspensión”, declaran.
Las denuncias de los últimos meses
Durante estos meses de lucha han sucedido muchas cosas dentro de la Corporación. Por eso cada viernes negro ha tenido que reclamar diferentes golpes que ha ido recibiendo el ente en estas últimas semanas. Y es que la llegada del nuevo Gobierno de Sánchez tampoco ponía muy fácil las cosas.
Cuando el nombre de Andrés Gil se ponía sobre la mesa para ser el nuevo presidente de RTVE, las críticas no tardaron en llegar por parte de los trabajadores. “No han entendido nada”, decían muchos de ellos durante su denuncia a finales de junio. Y es que muchos de ellos entendían este movimiento como un simple “intercambio de cromos” de un partido a otro.
Muy mal han sentado las palabras por parte de uno u otro bando. Y es que no gustó que la portavoz del nuevo Gobierno, Isabel Celaá, diera por hecho que los viernes negros quedarían desconvocados tras la decisión de dar luz verde a un real decreto que acelerase el cambio en RTVE. Una decisión alejada de la política, que es de los trabajadores.