La televisión en verano se ha vuelto cobarde. La parrilla aburre al más pintado, especialmente en el prime time, donde se apuesta poco tirando a nada. Ni un nuevo programa, ni una nueva serie, y de propina, reposiciones de los mejores momentos de El Hormiguero y El Intermedio.
La razón es el descenso de consumo televisivo, que hace que las cadenas se vuelvan cómodas y prefieran no gastar balas que consideran de buen calibre, y reservan sus energías para el curso que arranca el próximo septiembre.
Ni rastro de Bertín
Uno de los estrenos que esperábamos para este verano era Mi casa es la vuestra, el spin off de Mi casa es la tuya en el que Bertín Osborne haría de anfitrión en su casa de la Costa del Sol a veintitrés invitados.
Sin embargo, estamos ya a mediados de mes, y Telecinco solo dice que lo emitirá próximamente. Eso sí, al menos hemos visto un nuevo capítulo de Las Campos.
Antena 3 se parapeta en el cine
Flagrante es el caso de Antena 3, que se ha acomodado al máximo, y no solo no estrena programas, sino que se limita a poner cine los siete días de la semana. El pasado 2017, al menos, presentó como novedad el dating show Contigo al fin del mundo, además de una nueva temporada de Me resbala. Nuevas entregas de este programa de humor, de hecho, habría sido perfecto para la noche de los viernes de la cadena, para competir contra Volverte a ver de Telecinco.
Sin duda es una pena que las apuestas veraniegas a veces pasen desapercibidas y se olviden en el tiempo, como la citada Contigo al fin del mundo, o aquel docurreality de una familia que dará la vuelta al mundo que ofreció Cuatro hace un año, Espíritu salvaje. Pero es que esos estrenos a veces casi ni se promocionan, o son productos de tan bajo coste que difícilmente se pueden volver un éxito de audiencias.
De todas formas, ni en el caso de éxito los datos son para tirar cohetes: en la actualidad cualquier película, serie o programa puede liderar una noche con un escaso 10 u 11% de share, lo que demuestra el desinterés generalizado por la parrilla televisiva, tanto por parte de espectadores como de programadores.
El peculiar éxito de 'The Good Doctor'
Las series extranjeras rara vez calan en la audiencia televisiva de las cadenas generalistas; ahí están los datos de algunas tan premiadas como El cuento de la criada, en Antena 3. Sin embargo, Telecinco ha obrado un peculiar milagro veraniego al estrenar la serie The Good Doctor, que hasta la fecha le está dando muy buenos datos.
Se trata de una ficción protagonizada por Freddie Highmore en la que da vida a un cirujano autista y cómo es su día a día en un hospital. Para su lanzamiento, Mediaset desplegó las alas publicitarias y no había pausa televisiva en la que no se anunciase, e incluso, en Sálvame y demás programas, se hacían interrupciones en los temas que se estuviesen tratandos para recordar a la audiencia que tenía que ver la serie, un poco en la línea de lo que hicieron con Parque Jurásico.
Al final, la serie se convirtió en un éxito la noche de los lunes, aunque Telecinco intentó alargar el mismo y comenzó a experimentar y a maltratar la serie. Así, en un principio emitían dos nuevos episodios y finalmente comenzaron a estrenar uno y a reponer otro. Y este pasado lunes, en la semana de menor consumo televisivo del año, optó por reponer los capítulos 3 y 4, aunque la jugada le salió bien y solo bajó un par de puntos respecto a la semana anterior.
Lo de siempre, pero más vacío
En general, cuando uno hace zapping, tiene la sensación de que la televisión es la misma que el resto del año, pero peor. En Sálvame están Pasapalabra y Sálvame como siempre, en La 1 Centro Médico, Antena 3 y sus series… ¡Si hasta Wyoming y Pablo Motos están en su franja de siempre, aunque sea con programas repetidos! Un zapping que podría hacerse este agosto, pero también en octubre, o en marzo.
Y es quizá por eso por lo que el espectador puede notar más pobre la pantalla, porque sabe que está en verano, pero los programas principales son los de siempre, los de invierno. Hace años, al menos, veíamos todo tipo de concursos y magacines que sabías que verías durante el verano, y que cuando llegase el nuevo curso dirían adiós para siempre. Pero eran como esos amigos que solo veías durante las vacaciones de verano y que no estaban a tu lado el resto del año, y que puede que el año siguiente volviesen a veranear cerca de ti, o puede que no, pero mientras os tocase estar cerca te llevabas estupendamente.