Se lo han puesto demasiado fácil. El hecho de que la programación de la televisión generalista sea tan aburrida durante el verano ha provocado que el público pruebe cosas nuevas en las plataformas de pago. Tanto es así que muchos han pinchado en algo llamado La casa de las flores. Una producción mexicana de Netflix que se vende como algo así como una telenovela moderna. Y, de pronto, esa joya escondida se ha convertido en el fenómeno del verano.
Tiene su explicación. No es que la serie simplemente sea graciosa o que sea bastante entretenida para estos meses de verano. La casa de las flores sabe reírse de sí misma a la perfección y mantiene un poco acostumbrado equilibrio entre el humor y el drama familiar.
La ficción ha sabido encontrar su propio tono desde el primer capítulo. Por suerte, son pequeñas píldoras de 30 minutos cada una que permite su consumo sin cansar. Y eso hace y permite que no haya escenas de relleno y que todo el episodio esté en su punto más alto sin que el espectador se distraiga.
La actriz que interpreta a Paulina de la Mora es el verdadero alma de todo este proyecto
Pero La casa de las flores no sería lo que es sin Cecilia Suárez. La actriz que interpreta a Paulina de la Mora, la hija mayor de este clan familiar, es el verdadero alma de todo este proyecto. Cada vez que esta actriz abre la boca, la ficción se supera con creces. Su locura va aumentando según van pasando los episodios, lo que convierte a este personaje en uno de los diamantes del año.
Ella es la causante de que esta serie de televisión se haya viralizado en redes sociales. Y eso es muy bueno para una serie de televisión que ha sabido llamar la atención sola, sin tanta promoción como otras producciones de Netflix.
La nota española la pone Paco León. Metido en la piel de una transexual, en numerosas ocasiones recuerda a aquella Raquel Revuelta que hacía en Homo Zapping. Sin embargo, el tono cómico de la serie hace que su interpretación no rechine y encaje a la perfección entre el resto del elenco. De hecho, una vez hace acto de presencia se echa de menos las escenas en las que no está.
La casa de las flores recuerda mucho a esa Mujeres desesperadas que muchos añoramos
Está claro que La casa de las flores recuerda mucho a esa Mujeres desesperadas que muchos añoramos. Esa forma de entremezclar el humor con el thriller, con la muerte y con los vecinos cotillas bebe mucho de Wisteria Lane. La forma de narrar la serie y su arranque está completamente americanizado, lo que internacionaliza mucho más este proyecto que podría haberse quedado como una mera telenovela moderna.
Tampoco se queda muy lejos todo lo que Bambú Producciones ha hecho a lo largo de estos últimos años en la televisión española. Una gran fiesta para arrancar la trama, una gran saga familiar y una empresa que mantener en pie por todos los medios. Son aquellos Gran Reserva, Gran Hotel y Velvet pero con mucha más locura de por medio. Tal vez la Traición que debía haber visto la luz, con mucha más capacidad de reírse de eso de escuchar detrás de las puertas.
Sin lugar a dudas, La casa de las flores es la serie que faltaba en el catálogo de Netflix. Después de haber triunfado con ciencia ficción o con series más históricas, la comedia que le aporta este proyecto a la plataforma es un bien que debería cuidar mucho. Y es que encontrar la risa es lo más complicado de este sector. Y La casa de las flores consigue hacerte llorar.