Toda la polémica generada alrededor de Insaciable le podría haber venido incluso bien a Netflix. La plataforma habría tenido una excusa para quitarse esta serie del medio con una explicación coherente. Ahora todo ha sido peor: Insaciable ya forma parte de su catálogo y ahora no hay vuelta atrás.
La ficción apareció en numerosos titulares cuando muchos espectadores pidieron la cancelación de la producción al ver la luz el primer tráiler sobre la serie. Una gorda que ya no es gorda y ahora es feliz. Tanta ha sido la polémica generada que estos titulares machacaron la verdad sobre esta serie: que es bochornosa.
Lo peor de Insaciable no es que discrimine a las personas con sobrepeso y haga ver que si eres delgada eres más feliz. Este quizá es el punto menos grave de esta producción llena de clichés llevados tan al extremo que resultan hasta insultantes.
Netflix ha intentado hacer de Insaciable su propio Disney Channel. Sin ser tan ñoño y madurando un poco más, ha querido convertir a su protagonista en una estrella adolescente y así ser la nueva Miley Cyrus. Pero no se ha dado cuenta de que su protagonista cae mal desde el primer momento en el que pierde kilos. Y es que más que Insaciable debería ser insoportable.
Una producción llena de clichés llevados tan al extremo que resultan hasta insultantes
La ficción ha metido en un frasco todos los complejos que puede tener una persona, todos los debates que hay en la sociedad y los ha esparcido a lo largo de una larga lista de personajes sin perfilar. El lesbianismo, la homosexualidad en el instituto, los concursos de belleza, el acoso, el bullying, el sobrepeso, las madres adolescentes, el abandono… Todo ello en una serie de 12 episodios sin ton ni son.
Se queda a medio camino entre el drama y la comedia no sabiendo muy bien dónde situarse. Y por eso se queda tan perdida que, por mucho que avance la trama de los episodios, la ficción no encuentra un tono adecuado. En ocasiones es tan infantil que parece una serie adolescente, pero de pronto empieza a hablar sobre drogas, sexo y alcohol.
Tal vez las cadenas generalistas juegan muy en desventaja en este sentido frente a las plataformas de pago. Y es que cuando Telecinco, TVE o Antena 3 estrenan una serie que no gusta, la crítica está ahí para hablar de ello. Sin embargo, con las series de las plataformas de pago ocurre todo lo contrario. Sus series aparecen en los medios cuando son grandes éxitos. Y por eso los fracasos quedan tan escondidos.
Pero Insaciable es la demostración que, de entre tanto estreno que llega a Netflix a lo largo del año, no todo es bueno. Y es que Insaciable está muy lejos de ser algo bueno. Más les habría valido cancelar esta serie a tiempo que dejar que vea la luz. Una gran mancha en el currículum.