Tras estar bastante tiempo alejada de la televisión, anoche Sábado Deluxe recibió a Raquel Morillas, quien se hizo conocida a raíz de su participación en Gran Hermano 3 y su posterior relación con Noemí Ungría, una de sus compañeras de reality.
Raquel reapareció para explicar su actual vida, pues tras ocho años de relación y ocho meses de matrimonio se ha separado de su mujer por la aparición de una tercera persona en su vida. Y de paso, aprovechó para matizar la entrevista que concedió en julio en la que explicaba que en la actualidad no recomendaría a nadie entrar en Gran Hermano.
Así, afirmó que gracias al concurso ha “vivido como una reina durante muchísimos años”, pero que en la actualidad “no hay programas que había antes, como A tu lado, con los que lucrarte tras entrar en Gran Hermano”. Aunque los colaboradores le decían que se podía trabajar en Sálvame, Raquel puso en tela de juicio las palabras. “¿En serio me lo estás diciendo? ¿Quién hay de Gran Hermano trabajando aquí?”, preguntaba con la excepción de Kiko Hernández. “El Gran Hermano de ahora no es el de antes. O sales de un típico de Mujeres y hombres y viceversa o no hay más”, reflexionaba.
Una difícil incorporación laboral
Raquel, que vivió una fuerte ludopatía durante años que la llevó a estar arruinada, afirmó en el programa que por haber sido concursante del reality de Guadalix y por haber dado muchos minutos en televisión en la actualidad le cuesta encontrar trabajo. “Los grandes hermanos somos lo peor para la gente de la calle”, se lamentaba, y explicaba que solo encuentra empleo como comercial y porque hay mucha oferta.
Además, narró cómo en cierta ocasión se presentó para un puesto de trabajo de seguridad y en la entrevista le recordaron su etapa televisiva, y que su entrevistador le dijo “tú en Crónicas Marcianas eras muy chunga”, y que por situaciones como esa no puede pasar página laboralmente.