Cuando DMAX aterrizó en nuestro país hace ya seis años, lo hizo con otra marca (Discovery MAX) y con el objetivo de convertirse en la cadena de referencia del género factual. Sin embargo, con el paso de los años y la llegada de nuevos canales a la TDT, el grupo decidió cambiar de nombre y abrirse a nuevos géneros.
Así, durante los últimos tiempos, los espectadores han podido ver cómo el canal empezaba a emitir cine, series e incluso deportes. Pero, además, la temática de sus programas ha cambiado razonablemente. De programas de más entretenimiento como Madrid Ink o ADN MAX, hemos pasado a otros más sociales o periodísticos como Clandestino, Tanto X Ciento o El asesino de la Katana.
Un programa éste último que se convertirá en analogía ya que la cadena ya prepara también Yo soy un narco. ¿Qué nuevas temáticas abordará este formato? ¿Veremos Yo soy un terrorista? De estas y otras cuestiones hemos hablado con su director general, Antonio Ruiz.
¿La producción propia es la mejor manera de luchar en la TDT?
Tenemos un producto que ya nos diferencia y posicionarnos como el canal de factual de referencia. La producción propia nos permite introducir un sabor local y acercarnos a la audiencia con historias de su entorno y relevantes. Es un factor diferencial para crecer y desarrollarnos.
¿No es tan importante el dato de audiencia sino la imagen?
La audiencia es importante. Pero para nosotros el desarrollo de la marca es muy importante. Con DMAX siempre hemos querido tener una personalidad única. Así es más fácil tener una comunidad que vaya a buscarte.
¿Cómo valoras vuestros datos? ¿Cuál es el objetivo?
Estamos muy contentos del momento que vivimos. Llevamos seis meses creciendo mes a mes y en agosto tuvimos un 1,9%, que es nuestro dato más alto desde diciembre de 2016. La clave es un mercado tan complicado es la diferenciación y que la gente vea tu marca como una referencia. Uno de los pilares fundamentales es la producción local. Tenemos el activo que como pertenecemos a un gran grupo y hacemos bien las cosas, nuestro contenido viaja por todo el mundo. Eso nos da también un aval. Nuestro crecimiento vendrá desde la producción local y con un posicionamiento claro. El objetivo es hacer crecer el canal por encima del 2%.
Viendo el especial de Frank Cuesta de los Toros o Tanto X Ciento, parece que os vais más a temas sociales, a meter el dedo en la llaga...
Más que lo social, son historias que sean relevantes para nuestro público. No es meter el dedo en la llaga, es tratar de poner luz en cosas en la que todo está polarizado. Es verdad que Wild Frank está conducido por alguien que se declara antitaurino. Pero no tenemos el objetivo de dar una opinión. Tenemos esa ventaja competitiva de ser un medio neutral y mostrar las cosas sin necesidad de posicionarse. Eso hace falta en muchos aspectos de nuestra sociedad en lo que todo está polarizado. Nosotros mostramos una realidad y dejamos a la audiencia que forme su propia opinión. Los que ya la tengan es que conozcan ambas realidades. No queremos crear controversia.
Si miras hacia atrás, hay un cambio en el modelo de DMAX de la ciencia o la magia hacia la actualidad. ¿Vamos a ver política?
No, no creo que tenga cabida lo político en nuestro canal. De hecho ha habido proyectos en los que se ha hablado y como tenían carga política hemos visto que no tenía sentido en nuestro canal. Tenemos una oportunidad única. Por ejemplo, hicimos la Guerra Civil en color en el que fue un ejercicio muy sano y potente y que pocos medios se hubieran atrevido a hacerlo porque habrían tenido la necesidad de posicionarse. Todo el mundo nos agradeció, desde ambos lados, este documental. Mostramos las cosas sin poner calificativos.
En DMAX podemos tratar temas políticos, pero no trataremos la actualidad política. Nuestra propuesta nos permite tener acceso a gente que otros no pueden y es porque la gente conoce nuestro canal y cómo vamos a tratar las cosas. Eso pasó, por ejemplo, con El asesino de la katana. Es una atrocidad lo que hizo, pero nos dio un testimonio de arrepentimiento. Tratamos de entender qué hay detrás. Ese es el mantra. No tenemos miedo en tratar de entender. Si todos tuviéramos ese acercamiento de las cosas, habría más tolerancia en todo. Una cosa es entender y otra compartir lo que la persona dice.
Entiendo que este formato se convertirá en una antología.
Sí. Tenemos una oportunidad muy grande que es acceder a gente que sólo quiere hacer cosas con nosotros.
¿Tenéis pensados ya nuevos temas?
Hay cosas en trabajo que no están definidas. Ahora estrenamos Yo soy un narco, que es un ejemplo de lo que cuento. En este documental mostramos todas las realidades. No es una entrevista. Aparecerán jueces, víctimas...
Vivimos ahora en una época de lo políticamente correcto. ¿Os atreveriais con un Yo soy un terrorista?
No es fácil. Cualquier programa que vayamos a hacer lo haremos desde la responsabilidad.
Pero, ¿seríais capaces de tratarlo?
Si, ¿por qué no? No es tanto el problema de cuál es el tema sino el enfoque. Sobre todo si me hablas de un terrorista que se ha arrepentido. A mi me interesa saber psicológicamente que lleva a una persona a matar a otra. Es una cuestión de análisis psicoóogica. Lo que nunca vamos a hacer es apología de ninguna de estas cuestiones. Eso no quiere decir que no lo trates. Puedes tener distintos puntos de vista. Conocer y entender es un ejercicio que deberíamos hacer todos en todo.