“Yo la quiero echar. A mí no me gusta nada”. Con estas palabras se refería Manu Guix a Virginia, la que se convertiría en ganadora de OT 2008, en una de las reuniones de profesores que se mantenían dentro de la Academia y que eran emitidas. Unas palabras que, a día de hoy, resultarían más que polémicas y traerían demasiada controversia. 

Operación triunfo emitía en ediciones anteriores las reuniones que mantenían los profesores para valorar el trabajo semanal de los concursantes. En este claustro, se expresaban con total libertad y no parecía haber miedos a lo que se pensaba fuera. “A mí nunca no me ha gustado en ninguna gala. Su voz ha sonado siempre muy inestable, la afinación es dudosa. No tiene nada esta chica”, decía Guix sobre la concursante.

Estas palabras hoy en día hubiesen resonado con mucha más fuerza. Unas palabras que, viniendo de uno de los máximos responsables dentro de la Academia, hubiesen puesto el foco en el profesor al no haber querido ayudar a una de las alumnas del programa de televisión. Sin embargo, eran otros tiempos en Operación triunfo

Los profesores y el equipo se dirigían a los alumnos de otra manera, más dura y ruda

Por aquel entonces, los profesores y el equipo se dirigían a los alumnos de otra manera, más dura y ruda. “Esta noche te has salvado de una nominación segura. El hecho de que seas favorita significa que uno de tus compañeros va a ocupar tu plaza de nominado. Habrá alguien que no se lo merezca tanto como tú y esta noche esté en la palestra”, decía Noemí Galera a Virginia durante la gala. Una situación que se repetía esta semana en OT 2018 con Sabela y con la que en ningún caso fueron tan duros. 

Operación triunfo se ha moderado con el paso de los años. Si bien en la primera edición de OT vivieron en una nube, en la segunda ya se empezaron a ver roces y los alumnos tuvieron más de una bronca por parte de los profesores. Su salto más representativo se vio cuando el programa cambió a Telecinco y se explotó mucho más el reality.

Con su regreso a TVE, el programa quiso regresar a aquella inocencia

Con su regreso a TVE, el programa quiso regresar a aquella inocencia que se vivió en la primera edición. Pero, de nuevo, la segunda edición ha sacado a la luz algunos problemas que se dan cuando los concursantes ya saben lo que se van a encontrar cuando salgan fuera de la Academia. Sin embargo, el mensaje está siendo mucho más moderado respecto a años anteriores.

Por eso las reuniones de profesores no pueden ser emitidas. La única opinión personal que se conoce del claustro es lo que dicen en los pases de micrófonos y su reacción en redes sociales. Más allá de estos comentarios, más controlados, nada se sabe de lo que piensan u opinan cuando las cámaras no tienen el piloto rojo encendido. 

Las redes sociales exigen libertad de expresión pero, al mismo tiempo, han encorsetado el mensaje que se quiere transmitir. Por mucho que las redes den la sensación de que existe mayor libertad a la hora de emitir un mensaje, ahora hay mucho más miedo a la hora de dar dar una opinión personal sobre algo. Trasladando esto a Operación triunfo, que un profesor diese su opinión sobre un alumno sería noticia y podría ser tomado como algo muy negativo para el programa si su opinión fuese contraria a la del público.