¿Ha funcionado Operación triunfo 2018 igual que Operación triunfo 2017? Es la pregunta que muchos se hacen cuando se está emitiendo una segunda edición de un programa de éxito. Pasó con Gran Hermano, que nunca volvió a funcionar como la primera vez, o con OT 2, que tampoco logró los datos del estreno. Sin embargo, con este OT 2018 hay claro un dato que puede ser muy beneficioso para el programa: su arrastre entre los jóvenes.
Operación triunfo 2018 ya no está en las conversaciones del trabajo como antes. Tal vez ya no se hable de su resultado en las cenas de Navidad. Y eso es porque ha quedado reducido a un programa que arrasa entre la juventud, esa que consume YouTube como si no hubiese un mañana, y ha desconectado del público un poco más mayor.
¿Eso es malo? No tiene que verse como algo negativo. El público joven es un buen target comercial que cuesta mucho conseguir hoy en día en televisión y, por lo tanto, TVE se puede dar por satisfecha con los datos conseguidos en esa franja de edad. Sin embargo, hay que admitir que su público objetivo ha quedado reducido a una edad muy concreta.
El pasado año, el programa mantuvo un 19% de cuota de pantalla media durante la edición. Su gala final subió hasta un 30,8% de cuota de pantalla. Igual que lo hicieron las audiencias generales, los jóvenes se fueron sumando al regreso de este viejo formato. De un 20,3% de cuota media que marcaron entre los espectadores de 13 a 24 años en su gala de estreno, el programa se despidió con un 51,3% de cuota en esta misma franja de edad.
En este OT 2018 ha pasado todo lo contrario. Aunque han conseguido mucha fidelidad, el programa perdió fuelle en su arranque hasta estabilizarse. Faltando por emitirse la gala final, el programa ha mantenido un gran 31,5% de cuota de pantalla media entre ese público de 13 a 24 años después de haber arrancado con un 42%.
El programa ha mantenido un gran 31,5% de cuota de pantalla media entre el público de 13 a 24 años
Son datos casi imposibles de conseguir por la televisión hoy en día. De hecho, sólo formatos como GH VIP logran este resultado en la pequeña pantalla actual. La sexta edición del reality de Telecinco mantiene en esta misma franja de edad un magnífico 33,1% de cuota de pantalla. Como se puede comprobar, la audiencia general es muy distinta pero la que se maneja entre el público joven es bastante parecida.
Son estos mismos jóvenes los que mantienen en alto y en pie el formato. Sin ellos no tendría mucho sentido continuar emitiendo Operación triunfo. En la última gala, el programa mantuvo un 13,9% de cuota entre el público de 25 a 44 años y un 14,7% de cuota entre los espectadores de 45 a 64 años. Entre los jóvenes, el programa subía a un 30,8% de cuota. La diferencia entre una franja de edad y otra es bastante sustancial.
Y es este mismo público joven el que mantiene vivo el programa. Son ellos los que se mantienen pegados a la emisión en directo a través de YouTube, los que comentan en redes sociales de forma constante y lo que han convertido Operación triunfo en un formato de éxito a nivel digital.
¿Se puede renovar un programa sólo por triunfar entre jóvenes?
A esta respuesta respondió Tinet Rubira, director de Gestmusic, hace unos días en un encuentro para analizar el éxito en redes y YouTube de Operación triunfo. "Creo que no", dijo sobre si un programa podría renovar sólo por tener éxito en lo digital. "Creo que sólo con un éxito digital no se puede renovar Operación triunfo. Vale demasiado dinero. Operación triunfo es un proyecto muy grande. Ojalá en el futuro podamos hacer proyectos sólo digitales, pero de momento no. En EEUU creo que sí se puede, pero en España tengo mis dudas”.
Con esta respuesta, el director del formato de TVE siembra serias dudas sobre si estos datos, este triunfo sólo entre los jóvenes, es suficiente como para que la televisión pública renueva por una tercera edición esta nueva etapa de Operación triunfo. La televisión pública tendrá que decidir si contentar a los jóvenes, algo que muy pocos programas de su casa hacen con esta solvencia, es suficiente como para mantener en emitiendo un programa que, como han admitido desde la productora, es bastante caro.