No se apellida Olivares pero es Olivares a todos los efectos. Marc Vigil (Águila Roja, Aída, 7 Vidas) presume de ser la mano derecha del creador de la exitosa serie de RTVE. Y no es para menos. El director asturiano está al frente de la ficción española más seguida y aplaudida del momento. Aprovechamos un descanso en el rodaje de la segunda temporada de El Ministerio del Tiempo para hablar con el ‘jefe’ de esta aventura televisiva que es capaz de bandear las limitaciones económicas y plantarle cara a las audiencias en un abrir y cerrar de puertas. De ‘ministérico’ a ‘ministérico’.
¿Es difícil defender un proyecto así en una televisión pública?
Yo creo que precisamente la televisión pública es la única que se atreve a día de hoy. RTVE es el canal pionero en intentarlo todo, el resto de canales van copiando todo lo que les funciona a ellos. Águila Roja, Isabel, Amar en tiempos revueltos… Esto no es de ahora. Los demás canales prueban todo lo que antes ha probado RTVE y copian sus éxitos asegurados. Es lógico. Los canales privados necesitan saber que en lo que invierten va a funcionar. Juegan al mundo de las audiencias y ahí lo que más importa es ganar la carrera. Por eso es una satisfacción tremenda que cuando el departamento de ficción de RTVE ve los capítulos de El Ministerio del Tiempo, el feedback que recibimos sean aplausos.
El resto de canales van copiando todo lo que les funciona a RTVE
¿Qué opinas de cómo se miden en España las audiencias?
Me parece un sistema un poco obsoleto que no responde a la sociedad actual. Creo que sería interesante saber quién te está viendo y dónde, de forma más centralizada, saber el tipo de público que te ve y los canales a la hora de vender espacios publicitarios. Pero bueno, es lo que hay y es a lo que tenemos que jugar todos.
Y lo mismo ocurre con el tema del prime time…
Cuando les cuentas a productores de otros países que El Ministerio del Tiempo dura 70 minutos se quedan alucinados. Pero es que es así, en España el prime time termina a la 1:30 de la madrugada. A mí me ha llegado a preguntar un directivo de Televisa si los españoles no tenemos que madrugar al día siguiente para ir a trabajar. Llega un momento en que me parece ‘trampa’. ¿Quién se sienta a las 22:20 h. de la noche delante de la televisión y se levanta a la 1:30 de la mañana? Nadie. Pero se hacen unos números y todos compiten y se ponen medallas.
En este sentido, ¿El Ministerio en qué posición juega?
Nos obligan a jugar en la misma línea, pero nosotros empezamos a encontrar un tipo de público realmente fiel, de un perfil muy definido, que son legión y están como locos por ver lo que pasa, tanto durante la emisión como después en internet, lo cual habla mucho de la gente, de su preparación…
Los bien llamados ‘ministéricos’…
Es increíble. Hace unas semanas hicimos un pase previo del primer capítulo de la temporada en la Gran Vía y la fila de gente daba la vuelta al edificio, muchos disfrazados, en el momento en que aparece Cayetana (Guillén Cuervo) el teatro puso en pie para aplaudir.
Pero al final, ¿es la audiencia la que manda?
Hasta cierto punto. La primera temporada los números no fueron para echar cohetes y hemos renovado. Podemos jugar a poner el mismo filtro que ponen los demás o ponernos las gafas, analizar esos números y decir “bueno, serán más bajitos pero son de más calidad”.
Nuestros números serán más bajitos, pero son de más calidad
RTVE os pidió hace poco ‘aclarar’ la serie, literalmente. Darle más luz. ¿Hasta qué punto os da directrices la cadena?
Eso es absurdo. Son cosas que aún se piden por miedo a que parezcan series americanas, cuando a lo mejor lo que queremos es que parezca una serie americana. Hace 20 años la gente no querría ver algo así pero ahora las nuevas generaciones están acostumbradas a ver cosas de otros países y es lo que piden. Tenemos que competir no sólo contra lo de aquí, sino contra todo lo que sale por la tele, venga de donde venga. No se ha aclarado nada. Nuestra fotografía es excelente gracias a Isaac Vila y Unax Mendia, y esta temporada seguimos contando con ellos y con otros nuevos directores de fotografía.
¿Qué es lo peor (si hay algo) de dirigir una serie que cambia de época e incluso de estilo de un capítulo a otro?
Dirigir una serie así es un regalo. Exige estar continuamente cambiando estilos, épocas, tonos, referentes, géneros… y eso es muy gratificante cuando sabes nadie del equipo se va a conformar, empezando por el creador de la serie, Javier Olivares. Nadie va a bajar la calidad, al contrario, pensamos subirla. Y seguir reinventándonos cada temporada. Lo peor es quizás ser así de exigentes y no disponer de los medios económicos suficientes para seguir creciendo. Nosotros tenemos menos dinero que otras series de prime time y eso es lo que podría llegar acabar con la serie. La parte mala es que sabemos lo que se puede hacer… y llegará un momento en el que no podamos hacerlo por falta de recursos.
Nadie va a bajar la calidad, al contrario, pensamos subirla. Y seguir reinventándonos cada temporada.
El humor es una de los grandes aliados de la serie, ¿verdad?
El humor en España juega al chiste, pero nosotros lo trabajamos de otra manera. Guiños, referencias que todos conocemos y nos esbozan una sonrisa… Hay mucho humor en El Ministerio y esta temporada más aún. Jorge Dorado ha rodado dos capítulos graciosísimos y eso que él nunca había hecho comedia. Pero esa es la clave de esta serie, sacar de contexto a todo el mundo.
¿Por qué crees que El Ministerio del Tiempo ha triunfado precisamente ahora?
Es el momento perfecto. Antes no estábamos preparados, sobre todo tecnológicamente. Avances había hace diez años, pero no eran tan accesibles, y en esta serie era fundamental no hacer el ridículo. Somos especialistas en criticar y la línea de lo irrisorio es muy fina. En España no esperamos a ver algo nuevo con la actitud de ‘qué pasada’ sino con un hacha para usarlo si fallas. Eso lo teníamos clarísimo, y por eso decidimos esperar a tener al equipo perfecto, a los mejores de los mejores con nosotros, y también los medios adecuados para no bajar la calidad y hacer cosas que ya sabemos que no funcionan porque así ha pasado en otras series en las que la gente, en lugar de estar atendiendo a la historia, está riéndose de lo que está viendo. La historia, contarla bien, es fundamental en El Ministerio del Tiempo. El momento perfecto para ponernos manos a la obra apareció encabezado por López Puig, director de Cine y Ficción de RTVE, que defendió el proyecto desde el principio.
¿Qué aporta El Ministerio a la televisión actual?
Identidad, calidad, cultura, entretenimiento, humor… Aporta muchas cosas. Y nos recuerda que no todo es cuestión de audiencia. El otro día la Biblioteca Nacional estaba ‘tuiteando’ durante el capítulo. El top de la cultura nacional está viendo la serie y está disparando cosas sobre Lorca, El Cid o Lope de Vega.
Debe haber más de un país interesado en los derechos de un material así…
Muchos. México, Corea, China… incluso Israel. Y Estados Unidos va a estrenar muy pronto una serie que se llama Time Agent que ‘casualmente’ tiene como protagonistas a una chica súper inteligente y a un soldado. ¿Te suena?