Faltan ya menos de tres meses para que Miki cante ante Tel Aviv ‘La venda’, la canción con la que representará a Televisión Española en el próximo Festival de Eurovisión. Poco a poco se van conociendo quiénes serán los rivales del catalán, y también de manera paulatina vamos viviendo el cuento de todos los años. Esas historias que se repiten día sí día también sobre cómo debería organizarse el concurso, quién podría o no ir, y qué requisitos se deben cumplir.
Las críticas al nivel de las canciones
De momento faltan casi dos tercios de las canciones por conocer, pero las quejas ya son muy habituales por parte de los eurofans: que el nivel es muy bajo. Que las canciones suenan a lo de siempre, o que se van a comer un rosco en la semifinal o final en la que participen.
Solo hay que darse una vuelta por las redes sociales para ver las críticas típicas y tópicas.
Las acusaciones de plagio
Este año España pudo acudir al Festival con la canción ‘Muérdeme’ interpretada por María Villar, un tema que ahora está señalado en una triulca de plagio con Juan Magán. Pero tampoco hay año en el que algún tema (favorito) no sea acusado de plagio, bien de manera formal, o bien por los internautas.
Le ocurrió a Netta en 2018 (y al final, ha tenido que incluirse a nuevos autores en la composición de ‘Toy’), pero también a Mans Zelmerlow con ‘Heroes’ en 2015 (tanto con la puesta en escena como con la canción en sí, porque recordaba a ‘Lovers on the sun’ de David Guetta), ‘Rise like a Phoenix’ de Conchita Wurst en 2014 fue comparada con un tema de Bon Jovi, ‘Only Teardrops’ de Emmelie de Fortest (2013), se equiparó a ‘I Surrender’, del grupo holandés K-Otic, que si ‘Euphoria’ (2012) bebió de ‘Erase you’ de Andre Ola feat Hèlene, y así, más casos.
Que una canción sea favorita en una casa de apuestas es como ser número 1 en iTunes: puede ocurrir en cualquier momento, y lo que se refleje en un breve espacio de tiempo no tiene por qué corresponder con el éxito o fracaso que se tenga a la larga.
El año pasado, por estas fechas casi, España era de las favoritas para ganar Eurovisión segúnoddschecker.com, que agrupa las apuestas de las principales webs, y nos daban un top5. Finalmente quedamos 23 de 26, y porque tuvimos el pase directo para la final, que si no, a saber dónde nos hubiésemos quedado.
La polémica por la elección del candidato
Cualquier razón vale para sembrar discordia y tachar de polémica la elección de un candidato. A Miki se le critica que tiene ideales independentistas y que así no debería representar a España, después de bucear en sus redes sociales hasta encontrar algo que echarle en cara. A otros se les critica por tener origen egipcio (como le ocurre a Mahmood en Italia, que fue despreciado por Salvini), a la ganadora del año pasado Netta la señalaron por haber formado parte de las fuerzas armadas, y así, un largo cantar.
Lo mismo se puede señalar un injusto proceso de preselección (como ocurrió con Manel Navarro), o porque se saquen de contexto algunas declaraciones del pasado, de esas que quedan registradas en Twitter o cualquier otra red social. ¿Os acordáis cuando se decía que Mans Zelmerlow era homófobo?
La llamada al boicot
Un clásico. Hay que boicotear Eurovisión, pedir que España se retire de la competición porque tiene resultados bajos, porque no se lo toma en serio la delegación, porque el representante se llama Alfred y no Alfredo, porque vale mucho dinero, porque no interesa a nadie (aunque el número de espectadores diga lo contrario). Y así.
También se puede llamar al boicot contra el país organizador, como le ocurre este año a Israel. Ahora la Confederación General del Trabajo (CGT) ha mandado un comunicado en el que señala que se suma a la campaña contra la celebración del Festival de Eurovisión 2019 en Tel Aviv porque entienden que es “un lavado de imagen de un gobierno que vulnera, sistemáticamente, los derechos más elementales de millones de personas palestinas”.
Francia, por su parte, al parecer podría retirarse de Eurovisión 2019 en protesta por una serie israelí en la que muestran un cantante francés sospechoso de ser un terrorista, sin que el tema de los derechos humanos tenga nada que ver.
O se puede pedir que se boicotee el voto de un país; el año pasado pedían por ejemplo que no se votase a Suecia después de que hiciese broma sobre la forma de cantar algunos de sus rivales, aunque surgió poco efecto.