El papel oficial de víctima en Gran Hermano DÚO lo tiene asignado desde que entró María Jesús Ruiz. Nadie ha sufrido tanto por amor dentro de Guadalix como ella, nadie ha sido tan rechazada por sus compañeros, ni nadie ha derramado tantas lágrimas.
La pasada semana, no se sabe hasta qué punto en serio, María Jesús temía por su vida, y aseguraba en el confesionario, llorando, que sus compañeros la querían matar. “Nadie sabe es lo que es vivir con personas que te quieren matar, esto es un infierno, una pesadilla. Me hacen la vida imposible, yo no les hago nada” se lamentaba.Por eso, desde los programas de Mediaset está surgiendo un rumor, y es que al final, la que fuese Miss España ganará el concurso, porque ser víctima tiene premio, o al menos, así le ocurrió a Míriam Saavedra.
La diferencia entre el rol de víctima de María Jesús y Míriam
Cuando Míriam Saavedra entró en Gran Hermano VIP, lo hizo unos días más tarde que los demás, y sus compañeros no la recibieron precisamente con los brazos abiertos. Ellos habían adecentado la casa de Guadalix, que se la encontraron hecha unos zorros. Y además, habían sido intoxicados por Mónica Hoyos, también concursante, sobre lo mala de telenovela que es Míriam Saavedra. Y entre ellas hubo una historia de mujeres despechadas, de celos y amores no correspondidos en los que se pasaron algunos límites de manera sutil.
María Jesús, sin embargo, comenzó a sufrir nada más ver dentro de la casa a su ex Julio Ruz, el cual era una persona mala y que la hacía infeliz según su testimonio. Desde el minuto uno se hizo la víctima a la vez que lo insultaba, y jugaba con su corazón, hasta que la historia se fue de las manos y él acabó expulsado de manera disciplinaria.
Ruiz se buscó repuesto, se enrolló varios días con Antonio Tejado, le dejó, y volvió a sufrir de nuevo por amor, porque es una incomprendida, porque echa de menos a alguien de fuera, porque sus compañeros no le hablan, o porque no hace sol en el jardín cuando a ella le apetece salir a pasear: cualquier excusa es buena para pasarlo mal ante la cámara.
Y no hay color entre una concursante otra. Míriam realmente las pasó canutas en la casa, se sentía sola, y aunque buscó algún problema porque callada tampoco estaba, el rechazo ya venía instaurado de fuera. María Jesús realmente se ha concentrado en hacer un concurso polémico, en ser la mayor drama queen que haya pasado por el programa, y se ha esforzado en poner de malo a cualquiera, jugando en terrenos pantanosos como la violencia machista si hacía falta. Porque no olvidemos que insinuó que Antonio Tejado, desde el despecho, sería capaz de agredirla.
Mónica ha dado momentos que son historia de ‘GH’; María Jesús, no.
María Jesús Ruiz sabe mucho de tele, lleva mucho reality en su mochila y numerosas noches de Sálvame y de Deluxe a sus espaldas. Pero no sabe hacer un show divertido para el espectador, cosa que Míriam sí.
A Míriam la veíamos sufrir, quizá no le hablaba nadie en la casa, pero también se quería divertir: si había fiesta el viernes ella se dedicaba a bailar en el salón hasta las cinco de la mañana porque a ella nadie le va a amargar.
Su canción de “cómo se mata el gusano, el gusano se mata así, se mata así, se mata así” es ya historia de Gran Hermano como el “quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza” o el “pa chulo mi pirulo”. Con Miríam nos hemos reído, con ella y de ella, no perdía la vis cómica, entraba al trapo a Jorge Javier cada vez que se lo pedía, era una concursante mágica.
La Ruiz llora sin lágrimas, lamenta el comportamiento de sus compañeros alegando que ella jamás ha insultado a nadie, como hizo el pasado jueves, y olvida cuando llamó de todo a Sofía, Ylenia o Tejado en el confesionario días antes. Miente más que habla, da una de cal y una de arena, se hace pesada, no te hace reír, no ha dado un momento célebre al programa. Su forma de venderte el victimismo agota a cualquiera, porque además, no te la crees, porque ella misma se ha jactado de mentir gravamente solo por hacer daño y de llorar a voluntad.
“Se hace la víctima”
Desde Telecinco se dividen los ataques y las defensas a María Jesús. Algunos como Cristina Tárrega creen que "puede gustar más o menos, pero hay momentos donde esta acorralada, da sensación de bullying", según afirmaba hace unos días desde El programa de Ana Rosa.
Este sábado, en Socialité, la psicológa Paloma Ramón ofrecía la otra cara de la Miss y aseguraba que “no es una víctima, sino que se hace la víctima” y que “tiene herramientas en su poder que no son buenas: la manipulación y la mentira”, y que “intenta dar una apariencia de tranquilidad, como en el momento de la expulsión, pero que era mentira”. Algo que tampoco es nada nuevo, pues hablamos de una persona que confesó en el Deluxe haberse inventado malos tratos por parte de su expareja para hacerle daño y que las lágrimas que derramó contando aquella historia eran fingidas. "Sí, fui muy mala. Súper mala. Es duro y horrible. Engañé a la gente" dijo entonces. ¿DIrá algo parecido el día de mañana sobre su paso por Gran Hermano, sobre esas acusaciones de que la querían matar ?