Pablo Motos.

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Televisión

Santiago Abascal no irá a 'El Hormiguero'… y ni falta que hace

El blanqueamiento de la extrema derecha en televisión puede alcanzar su punto más álgido en este tipo de programas.

28 marzo, 2019 00:11

Al igual que ocurriera en las dos anteriores elecciones generales, El Hormiguero ha querido contar con los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno de cara a los próximos comicios del próximo 28 de abril. De ahí que anoche Pablo Motos entrevistara al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y esta noche haga lo propio con el de Ciudadanos, Albert Rivera.

Sin embargo, según reveló Pablo Motos al inicio del programa de ayer, ni el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ni el de VOX, Santiago Abascal, han aceptado la invitación de irse a divertir con las hormigas para tener la oportunidad de “mostrarse en horario de máxima audiencia delante de muchos millones de españoles y saber quiénes son y qué quieren para saber si te convienen”.

“Con Pedro Sánchez, que vino en las anteriores elecciones cuando era candidato, nos dijeron que no viene porque ahora es el presidente y no está en su agenda. Rajoy también vino cuando era presidente. Quizá es que no tenemos sitio aquí para que aterrice el falcon”, bromeó Motos.

Nos ofrecieron en su lugar al ministro Ábalos, pero nos pareció una falta de respeto al resto de los candidatos y, sobre todo, a la audiencia, que queréis conocer a la persona que se presenta. Es como si quedas con el rey Felipe y aparece Froilán”, añadía el presentador.

“En VOX me dijeron que Santiago Abascal vendría si nos tomábamos un café. No me pareció bien. Pero argumentaron que los demás candidatos ya me conocían. Le dije que´si al café y la respuesta fue que nos lo tomaríamos después de las elecciones. Ya sé que eres nuevo, pero.. ¡la campaña va antes! Quizá es nuevo, se lía”, dijo sobre el candidato del partido de extrema derecha.

No es el lugar adecuado

Y ni falta que hace, Pablo. Ni falta que hace. Primero porque está claro que Motos no estaría cómodo en una entrevista con Abascal porque “habla de las armas para que así no se habla que está en contra del aborto, en contra de la eutanasia, en contra de los inmigrantes y en contra de la ley de la violencia de género”.

Y segundo, y más importante, porque El Hormiguero no es un espacio para que aparezca un político con un discurso abiertamente machista, homófobo y racista y éste pueda ser de alguna forma blanqueado. No es lo mismo que Abascal sea invitado a un debate a cinco, donde puede ser rebatido por los demás políticos, a que acuda a divertirse con unas hormigas. 

Ya el pasado diciembre hablábamos de la irresponsabilidad de Ana Rosa Quintana no supiendo rebatir a Santiago Abascal los datos falsos con los que en muchas ocasiones construye su discurso el líder de la formación de extrema derecha. ¿Se imaginan entonces a Motos en plan periodista incisivo? ¿Pondrían a Abascal a limpiar una pistola en directo?

Y el caso de Motos lo mismo vale para otros programas de entretenimiento como Mi casa es la tuya, que también ya se ha ofrecido a entrevistar a todos los candidatos, incluido Abascal. Teniendo en cuenta las ideas de Bertín, ¿qué tipo de preguntas se imaginan que haría el presentador a Abascal? ¿dejaría que, mientras bebe vino y hacen una paella, lanzara su discurso con datos falsos y sin rebatirle?

Los programas de entretenimiento, de entretenimiento son. Y en cuestiones tan graves como las que se están hablando en las últimas semanas, deben ser los programas informativos, y en su justa medida, los que aborden estas cuestiones para evitar un posible blanqueamiento de la extrema derecha.

VOX tiene muy claro por quién tiene que ser entrevistado en campaña y por quién no. Sabe que su líder no aguanta una entrevista con periodistas incisivos. De ahí que una de sus estrategias haya sido atacar a los medios de comunicación para intentar restarles valor.

Corremos el peligro de naturalizar o normalizar una serie de comportamientos que dejamos atrás con la dictadura franquista. Si desde hace décadas en Europa no sólo se aisla a la extrema derecha en las instituciones, sino también en los programas de entretenimiento en televisión, ¿por qué en España se está permitiendo? No todo vale por la audiencia.