Cuando se anunció Gran Hermano DÚO, lo único que teníamos claro era que los concursantes entraban con una pareja con la que podían tener alguna relación en el presente (Kiko Rivera e Irene Rosales), en el pasado (Sofía Suescun y Alejandro Albalá) o con cuentas pendientes de algún tipo (Yurena y Juan Miguel).
No sabíamos cómo sería la dinámica, si ganaría una pareja o un concursante solo. Y cuando comenzó, nos preguntamos qué sentido tenía vender una vuelta de tuerca a la versión VIP por si al final las reglas se iban a suspender de un día para otro y se iba convertir esto en el Gran Hermano de toda la vida en la que cada cual va a lo suyo, en el que ya ni para nominar hay que ponerse de acuerdo.
Al final, las reglas iniciales no era más que una excusa para llenar la casa de posturas opuestas, como aquel lejano GH VIP 2, en el que había un torero y una antitaurina (Martín Pareja Obregón e Isabel Pisano), o un amigo y un enemigo de la ya difunta Carmina Ordóñez (Kiko Matamoros y Lara Rodríguez). ¿No hubiera sido acaso mejor llamar al programa Gran Hermano Némesis?
El programa está ya en su recta final, y Kiko Rivera, Irene Rosales y Juan Miguel lograron ser los primeros en convertirse en finalistas, mientras que Sofía Suescun, Alejandro Albalá y María Jesús Ruiz siguen en la cuerda floja. Y llega el momento de preguntarse quién debe ganar la edición, pero si el formato era DÚO ¿no debería ser el hijo de Isabel Pantoja y su mujer los ganadores?
Kiko e Irene, la pareja más consistente
Siendo justos con el concepto de DÚO, Kiko e Irene ha sido la pareja más consistente del concurso. Han dado buenos momentos al programa, como Kiko confesando su adicción a las drogas, o su reencuentro con su hermana Isa, ya que jamás habían aparecido juntos delante de las cámaras. Irene, además, ha aguantado carros y carretas no solo por no poder ver a sus hijos, sino por haber sufrido un aborto dentro de la casa, lo que la obligó a abandonar durante un par de días.
¿Debería Kiko o Irene ganar el concurso? Todos sabemos que aceptaron participar para poner sus cuentas en orden, pues el DJ debía dinero a Hacienda, a su comunidad de vecinos y a algunos empresarios de la noche. Al parecer, con lo obtenido hasta ahora entre ambos ya estarían en paz con todos, y podrían empezar a obtener sus propios beneficios.
En Sálvame, por ejemplo, hay gente que no cree que la pareja deba ganar el maletín. Mila Ximénez, azote de la madre de Kiko Rivera durante mucho tiempo, llegó a decir que “los Pantoja por no trabajar entráis hasta en un establo”. Además, ha llegado a pedir directamente que Irene no gane. Y es que si alguien de esa pareja, a título individual, tiene opciones de ganar el concurso, esa es Irene, a pesar de haber sido un mueble. Tan mueble, que en su web de noticias en Telecinco casi no hay reseñas de cómo se ha comportado dentro de la casa.
Cierto es que no es la única pareja que entró a concursar junta y que sigue concursando: todavía tenemos a Alejandro Albalá y la repescada Sofía Suescun. Pero entre ellos solo hay comportamientos que cualquiera debe evitar, hay falta de complicidad y respeto, y no podrán ser jamás amigos por haber sido pareja. Además, se lanzan dardos sobre el premio del programa. Ella ha llegado a pedirle la mitad si gana porque se considera esencial en su concurso, y Albalá, hace unos días, dijo que prefiere obtener el premio que volver con Sofía, algo que ella le reprochó pensando que todo lo hace por dinero.
María Jesús Ruiz, la que podría pisarle el poncho a Irene
Otra concursante con cada vez más papeletas para llevarse la victoria es María Jesús Ruiz, que ha trabajado muy duro para ser la gran víctima de la edición. La que ha tenido que concursar con Julio, un ex que ha sido la persona que peor la ha tratado en la vida (pese a que dos parejas anteriores sí tengan sentencias por malos tratos y no él), la que asegura que sus compañeros la quieren matar, la que se liga a Antonio Tejado y luego le tacha de potencial maltratador.
Puestos a elegir, Irene será un mueble, pero no es tóxica, como sí lo es María Jesús, tal como ya ha analizado este portal en otras ocasiones. La Miss, con sus mensajes permiten que los mensajes de violencia doméstica de la ultraderecha calen. Además, cada vez presume más de tener capacidad de llorar a su santa voluntad, amparándose en su capacidad interpretativa. Esa misma que, según dice ahora, la llevó a estar a punto de protagonizar un musical en Panamá.