RTVE dejó de ser referencia informativa hace ya algunos años en favor de laSexta. Concretamente en mayo de 2014 cuando la de Atresmedia consiguió ser la primera opción de la noche gracias a su gran apuesta televisiva de aquella noche de elecciones europeas. Y así, elecciones tras elecciones, la cadena pública veía como la privada vencía con holgura no sólo en audiencias, sino en cobertura. Generales, autonómicas, municipales, europeas. Nadie tosía a laSexta.
De ahí que, desde que Rosa María Mateo fuese nombrada administradora única de RTVE el pasado mes de julio, su mayor obsesión fuera cambiar la imagen que los espectadores tenían de los Servicios informativos de TVE y volver a convertirlos en referencia.
La primera gran prueba de fuego, tras las pasadas elecciones andaluzas donde ya demostró que algo estaba cambiando y logró mejorar sus datos de audiencias, fue el debate del pasado lunes 22. Ya allí la radiotelevisión pública supo estar a la altura de la situación con un notable y fluido formato previo en el que consiguió trasladar a los espectadores la tensión previa de los candidatos ante tan importante cita y un debate posterior sobresalientemente realizado, con un gran moderador (Xabier Fortes) y un espectacular plató.
Y así llegaba a la jornada electoral de este domingo. Conscientes de que no sería nada fácil competir contra laSexta, RTVE jugó muy bien sus cartas y se reveló como la gran sorpresa de la noche demostrando un gran salto cualitativo respecto a citas anteriores.
La pública era la única cadena de televisión que contaba con un sondeo. Era su principal arma. Y, como tal, supo aprovecharla. Y así, explotando al máximo la espectacularidad de su plató y su gran pantalla circular, la habitual cuenta atrás de estas citas ganó en fuerza e interés. Nada que ver con aquella insulsa y poco atractiva cuenta atrás sobreimpresionada en la facha del Congreso de los Diputados o aquellos platós blancos y fríos de las elecciones de 2015 y 2016.
Anoche, en el momento del sondeo, resultaba difícil cambiar de canal. La información exclusiva estaba en La 1 -todos le copiaban a esa hora- y, las limpias y bien realizadas infografías resultaban un gran punto a favor de la retransmisión, justo cuando parecía que Ferreras y los suyos tenían problemas para mostrar los resultados.
A todo ello había que sumarle dos presentadores, Ana Blanco y Carlos Franganillo, siempre de pie, que supieron transmitir el nervio del directo -sólo había que verles las caras-, y no como los encorsetados y distantes María Casado y Sergio Martín en las dos elecciones generales previas.
Tampoco olvidarse de la excelente realización y un juego de luces que daban aún mayor espectacularidad al evento, y una acertaba mesa de colaboradores que mezcló a periodistas y politólogos. Atrás quedaban esos tiempos en los que la televisión pública apostaba por hooligans como Carmen Tomás, Alfonso Rojo o Edurne Uriarte.
laSexta, la mejor opción
En lo que respecta a las demás cadenas, salvo los problemas a primera hora con el grafismo de laSexta que le llevó a tener que utilizar la infografía del Ministerio del Interior, la cadena verde dio a su fiel espectador su buena ración de nervio informativo. El ya famoso pactómetro, las conexiones multipantalla, las músicas…
Por su parte, Antena 3 también apostó por la espectacularidad de su plató y su pantalla circular, a la vez que mostraba las entrañas de su redacción. Sin embargo, la elección de tertulianos, entre los que se encontraban Fernando Sánchez-Dragó o Celia Villalobos, llamaba a cambiar de canal.
Mientras, a sabiendas que sería la opción menos vista de la noche, Mediaset España se esforzó en su especial escogiendo una buena mesa con Pedro Piqueras, Sonsoles Onega y Carme Chaparro y Javier Ruiz al frente de un buen plantel de tertulianos entre los que se encontraban Euprepio Padula o José María Calleja.
Sin embargo, verlos a todos realmente apretados en la mesa, denotaba cierto desinterés por parte de la cadena, pareciendo que se estaba tomando la cita como un mero trámite. A ello había que añadir el hecho de que al filo de la medianoche, una vez que había hablado Pedro Sánchez, decidió cortar rápidamente para dar paso a Supervivientes y ni siquiera continuar con su especial en Cuatro. Una falta de respeto que sus profesionales de informativos no merecían.