Este sábado, Socialité ha emitido una pieza dedicada a Fran Rivera en la que se ha mostrado un encuentro del toreo en el que recordaba la figura de su padre, Francisco Rivera, Paquirri. “Cuando pierdes a tu padre tan joven te agarras más a los recuerdos”, explica el diestro, que quedó huérfano a los diez años.
Entre otras cosas narró cómo Paquirri no quería que ni él ni su hermano Cayetano tuviesen miedo a nada, pues él era un hombre que se enfrentaba a sus propios temores y los superaba. Así, recordó cuando los dos le dijeron que querían torear, y por ello el padre les encerró una becerra.
“¿Tú no quieres ser torero? ¡A torear!” le dijo Paquirri a Fran, que se sintió asustado. “Si no quieres torear, ¡a casa con las mujeres! Y llegando a casa escuchaba a mi padre gritando ¡maricón!” comentaba de manera divertida, lo que hizo que el público se riese.
Al terminar la pieza, la presentadora Nuria Marín ha querido dar un toque a Fran Rivera por la forma de narrar aquellos episodios. “No sé si es muy apropiado recordar que tu padre te gritaba maricón desde la ventana cuando te daba miedo torear” espetaba la presentadora, que señala que igual en aquella el uso de esa palabra estaba más extendido. “No es apropiado que lo recordaras y menos riéndote, como aprobándolo. No, Fran, por ahí no nos gusta”.
El contraste con la historia de Nacho Duato
Justo siete día antes antes, Nacho Duato explicaba muy emocionado en Prodigios lo mal que lo pasó por comentarios como los que Fran ha relatado en clave de humor, y cómo no encontraba apoyo dentro de su familia para dedicarse a la danza. “En casa no me dejaban. Me tuve que ir a un estudio de ballet donde yo era el único niño, todas eran niñas”, recordaba Duato. “Cuando salía me tenía que poner las mallas y las zapatillas a escondidas porque los niños de mi colegio me llamaban marica, eso es para nenas”, decía visiblemente emocionado.
Explicó también cómo en casa su padre le espetaba “Nacho, habla como un hombre” y él no comprendía cómo podía hablar como un hombre con escasos doce años. También recordaba cómo tenía que jugar a escondidas con su prima Ana Duato, precisamente por el miedo a que le dijesen que se comportase como un hombre.