44 años. Ese es el tiempo que lleva Países Bajos sin ganar el Festival de Eurovisión, el segundo mayor intervalo entre victorias después de, cómo no, España, que lleva cincuenta años sin alzarse con el micrófono de cristal.
Una sequía de victorias que tiene todas las probabilidades de llegar a su fin esta noche si, como bien indican las casas de apuestas con un 47% de posibilidades, Duncan Laurance se alza con el triunfo con su canción Arcade. Le siguen muy de lejos Australia (12%), Suecia (7%) y Suiza (6%).
La sensación generalizada es que Eurovisión viajará a Amsterdam en 2020
La misma opinión parece que tiene la prensa acreditada en Tel Aviv. Y es que, aunque la victoria de Países Bajos no está tan clara como la de Loreen en 2012 o Mans Zemerlow en 2015, lo cierto es que la sensación generalizada es que Eurovisión viajará a Amsterdam en 2020.
En el caso de victoria de los otros tres países, la sorpresa sería mayúscula en el caso de Australia. Y es que después de haber horrorizado a los eurofans tras su puesta en escena en su preselección nacional, la televisión australiana ha sabido renovar su escenografía hasta el punto de optar al triunfo.
Subida en una pértiga que hace que parece que está volando, la australiana ha conseguido meterse al público en el bolsillo con la canción Zero Gravity, una mezcla de ópera y pop.
Pero, ¿qué pasaría si Australia gana?, se preguntarán muchos. En este caso el Festival no se celebraría nunca en aquellas lejanas tierras. En su lugar, el país tendrá que llegar a un acuerdo con alguna televisión europea para, dividiendo los gastos a medias, el festival se celebrara en el Viejo Continente.
El récor de Irlanda, en peligro
Una Europa que, de ganar Suecia, vería como el que parecía un récord imbatible de siete victorias de Irlanda es igualado. Además volvería a convertirse en el país que menos tiempo le tomó en volver a ganar el festival, con solo cuatro años desde su última victoria.
Muy celebrada sería la victoria de Suiza, un país bastante maltratado en los últimos años. Y es que, tras cuatro años sin pasar a la final y después de catorce sin lograr colarse en la final, Luca Hänni tiene opciones reales de llevarse a casa el micrófono de oro.
Sería así el segundo suizo que gana el festival después de que la fallecida Lys Assia ganara el primer y lejano Festival de Eurovisión en 1956. La siguiente victoria tendría que esperar 32 años cuando la canadiense Celine Dion se alzaba con el triunfo con Ne partez pas sans moi.
España, entre la gloria y el infierno
¿Y qué pasa con España? Al contrario que ocurrió en los cuatro años anteriores, en la que estaba bastante claro que Edurne, Barei, Manel Navarro y Alfred y Amaia, quedarían en las últimas posiciones, este año existen dudas respecto al puesto final de Miki.
Los más optimistas esperan que La venda rasque votos en el televoto dado el aparente buen recibimiento que ha tenido la canción -sobre todo en Israel- y logre estar algo más cerca del deseado top ten.
Sin embargo, los más pesimistas creen que, a pesar del trabajo realizado, España volverá a ocupar las últimas posiciones. Pase lo que pase, no obstante, la delegación española ha demostrado por fin este año que va por el buen camino y que, si se sigue trabajando de esta manera, nuestro país ya no está tan lejos de romper con esa maldición de 50 años sin ganar el micrófono de cristal.