Lo más honesto para Vis a vis era despedirse para siempre después de su cuarta temporada. Algo con lo que estaba completamente uno de sus creadores y productor ejecutivo, Iván Escobar.
“Ahora se ha puesto de moda estrenar una temporada y sale un comunicado de prensa diciendo que hay dos firmadas. Hay gente que lo vivirá como que es emocionante y que tiene seguridad laboral y económica y yo lo viviría como un drama. Prefiero vivir cada capítulo escrito, cada línea escrita, como un final. Y así lo vivo. Y si no lo vives así, me dedicaría a otra cosa”, comentaba durante la presentación de la ficción el pasado noviembre.
Podíamos haber hecho una quinta o sexta y hubieran funcionado. Pero, ¿para qué?
Una idea en la que se reafirma ahora una vez ha dicho adiós a la marea amarilla. “Vivimos una época donde el espectador se merece un respeto. Podíamos haber hecho una quinta o sexta y hubieran funcionado. Pero, ¿para qué? Antes no sucedía. Muchas series llegaban a 100 capítulos y se reventaban”.
“Vivimos una época diferente donde se viven experiencias y tu experiencia debe ser completa hasta el último capítulo. Y si no es completa, o cierras en falso, o alargas innecesariamente, el recuerdo no es así. La gente no quiere ver un capítulo sino seis u ocho seguidos. Incluso me gustaría ver así las series en abierto”, añade.
De ahí que el concepto de la nueva serie que prepara, Express, sea precisamente ese. “Vivimos en una época en la que los matrimonios son express, los polvos son express, las relaciones son express, los trabajos son express, los contactos, las caricias. Hasta las series son express. Todo es express”.
“Y de repente hay un delito que ha crecido un 70% en Latinoamérica que son los secuestros express. Se han creado a imagen y semejanza de nuestra época. ¿Por qué? Porque la gente no tiene infraestructuras, pero si un coche un maletero y un teléfono . Y nos pareció muy atractivo”.
De momento, la ficción de la que pudo verse un teaser protagonizado por Nawja Nimri en la puesta de largo de The Mediapro Studio no está escrita entera y sólo tiene “un piloto para enseñarlo en los mercados. Se está moviendo por Latinoamérica y está gustando mucho. Ya veremos”.
El error de hacer algo por estar caliente
No es el único proyecto que tiene entre manos. “Siempre hay proyectos. Una película, una serie... Nos llegan cientos de cartas de Vis a vis, pero es un mundo que cerramos”, explica Escobar, que no obstante se muestra abierto a un spin off futuro de la serie.
“Planteamos que sería de la vida de estas dos hijas de puta piradas fuera de la cárcel, cómo sería su vida fuera. Lo hablamos con las actrices muchas veces. Pero no hay nada. Sólo hay conversaciones y buenas intenciones”, comenta. "La gente piensa que por estar caliente Vis a vis tenemos que hacer un spin off. Me jodería hacer algo por estar caliente. Si hiciese algo referido a este universo, dejaría que se enfriase. Tenemos que contar una buena historia. Vivimos de eso, de historias reposadas, con las que quieres contar algo”, añade.
Si hiciese algo referido a este universo, dejaría que se enfriase
Pero, ¿cómo afronta estos nuevos proyectos teniendo en cuenta los retos que plantea competir en un mercado bastante saturado? “Le han puesto nombre: el síndrome del Louvre. Te metes en una plataforma y empiezas a pasear durante cuarenta minutos y no veas nada. Te metes en el Louvre y te apabullas. Hay una bola de nieve corriendo colina abajo, que es ofrecer 40 o 40 series todas las semanas, pero da igual la calidad”.
“Hay que repensar si quieres mucha cantidad o calidad. Tendremos que tener esa discusión. Al final todos hablamos de las mismas diez series. Antes había una agenda y ahora no hablas de series rarísimas, sino que hablas de las mismas series”, añade Escobar.
“Con los ebooks me pasaba igual. Picoteaba libros. Y ahora tengo la sensación de picotear series. Y eso me da por culo porque no me genera una experiencia como espectador. Es un coitus interruptus”, bromea.
¿La interactividad?
En cuanto al intento de Netflix por abrir nuevas posibilidades en ficción con el capítulo interactivo de Black Mirror, Escobar escoge ser “políticamente correcto. No creo que la ficción vaya por ahí. La gente cool te dirá que sí y las nuevas series te llamaran al teléfono y preguntarte si salta por la colina... Pero yo creo en las buenas historias, en los buenos personajes. Esto está inventado ya en la literatura. Son experimentos que tienen que existir, que son valientes, pero lo veo porque es un buen capítulo, no porque haya un gadget”, añade.
Y pone como ejemplo Heridas abiertas. “Es una serie que me gustó y la gente me decía que era lenta. A mí me gusta que sea lenta, casi es introspectiva, te metes, te vende una mirada, un ánimo... Nos estamos metiendo en unas narrativas donde en la primera secuencia necesitas un cadáver, un tío con una pistola, estamos derivando a ficciones americana , perdiendo el ADN que nos ha transmitido toda la vida los Cuéntame, los Farmacia de Guardia. No perdamos nuestro ADN. No nos metamos en esas disyuntivas en la que el público demanda que le sorprendamos cada cinco minutos”.
Preguntado por los retos de la ficción en abierto, Escobar se pregunta “¿dónde está el abierto? ¿Qué ha fallado? Es verdad que hay segundas y terceras vidas. Pero gente como Bambú o Atresmedia, que son los que más saben del mercado, de repente han patinado. ¿Qué ha pasado?¿Qué ha fallado? Nos tiene que llevar a la reflexión de saber quién está en el abierto, qué quiere, qué le importa, cómo se lo estamos contando... Pero, incluso, ya no sólo la ficción, sino donde van los canales en abierto... Todo es tan inmediato que vamos por detrás. Los gurús que constantemente se tropiezan porque no sabemos dónde vamos”.
¿Y los nuevos públicos? ¿Cómo atraparlos? “Mira, un amigo que es autor me decía que le habían encargado una serie para un público quinceañero y había dicho que no por respeto a la profesión. Podía impostar una voz, pero es imposible. ¿Cómo escribes los conflictos de un chaval de quince años? No puedo. No estoy ahí. No puedo hacerlo. Habrá que dar paso a nuevos talentos. Mediapro está incorporando gente. Han incorporado unas poetisas de la red. Yo no puedo hablar de sus conflictos”.