Waku Waku, El Semáforo y el Un, dos, tres son los tres grandes concursos (sobre todo este último) que Chicho Ibáñez Serrador, fallecido este viernes a los 83 años, regaló a la televisión española. El Un, dos, tres aunaba pruebas de cultura general, habilidades y azar, pero no solo eso: también fue en sus orígenes un formato que vaticinó cómo la telerrealidad invidaria nuestras pantallas, décadas antes de Supervivientes o Pekín Exprés.
En el primer programa de la segunda etapa del Un, dos, tres, (1976) con Kiko Ledgard al frente del formato, se anunció que se llevaría a cabo 'La Misión', sin dar más pistas sobre la misma. Dos concursantes del Un, dos, tres, elegidos por sorteo, los andaluces Abelardo y Esperanza, fueron elegidos para hacer frente a dicha 'Misión', una gymkana en la que una pareja debía viajar a Isla Margarita, en Venezuela, para recoger ostras, y al volver, si tenían perlas, multiplicarían el dinero hasta entonces conseguido por la cifra que marcase una ruleta.
Dicho así parecía cosa sencilla, pero Chicho fue un auténtico tacañón, dispuesto a no ponerle las cosas fáciles a los concursantes, y en lugar de enviarles a Isla Margarita los montaron en un avión rumbo a Senegal, eso tras hacerle cambiar las pesetas (la antigua moneda de España, para los milenials) por bolívares. Así, vivieron una auténtica Aventura en África durante la cual tenían que encontrar la fórmula para volar hasta Venezuela y lograr las ansiadas otras.
Estos Supervivientes (ayudados por el escritor Alberto Vázquez Figueroa) Incluso tuvieron que vender su reloj para poder poner rumbo a América Latina. ¿Y cómo conocía el espectador semejantes andanzas? Pues como no podía ser de otra manera, por capítulos semanales.
En cada entrega, la azafata del programa Julita Garrido le acercaba al presentador, Kiko Ledgard, una carta de Vázquez Montalbán en el que narraba las vicisitudes que estaban viviendo Abelardo y Esperanza para lograr las perlas. La narración iba acompañada de un vídeo; a veces, incluso el escritor acudió al programa para contarlo en primera persona.
Encontrar ostras tampoco fue sencillo. Recorrieron la albufera de Arestinga, tuvieron que bucear en alta mar para encontrar el molusco, pero al final, el esfuerzo mereció la pena: Abelardo y Esperanza lograron encontrar cinco pequeñas perlas, que les permitió multiplicar por dicha cifra las 5.100 pesetas que ganaron en su momento. Además, ella recibió un armario repleto de perlas mallorquinas, valoradas en 40.000 pesetas, 240 euros actuales.
Esta fue la primera, mas luego hubo una segunda parte de 'La Misión' con Manolo Summers y Chumy Chúmez como ayudantes y reporteros. A los participantes se les prometió ir a Ginebra (Suiza) para aprenderse la canción de Heidi en japonés, mas los ingenuos concursantes, Ana y Manolo, terminaron vestidos de tiroleses en El Cairo (Egipto). Y si no hubo una tercera fue porque los espectadores no estaban del todo encantados con estas piezas que, sin duda, fueron una visión de lo que Chicho sabía que estaba por venir. Como tantas veces.