Hace unos días, Carmen Lomana cargaba en Twitter contra la actual edición de Supervivientes, formato del que ella fue participante. “Son unos flojos, especialmente Pantoja. Nosotros no teníamos nada de nada, ni fruta ni esterillas ni latas. Y se quejan”, escribía la celebrity.

Y razón no le falta a Lomana; no se sabe si es porque la Pantoja está concursando y el programa la cuida un poco más (y por extensión a todos), pero este año a esta tripulación de piratas no se les ve sufrir especialmente.

Es más, son muchas las normas que se han saltado, y los castigos o sanciones que hemos visto son pocos, o ligeritos. Esta semana, eso sí, veíamos cómo en la prueba de recompensa los equipos de Abandonados y Señores se enfrentaban en una competición en la que tenían que meterse en el barro y encontrar unas fichas con las que hacer tres en raya. Los Abandonados ganaron, pero se quedaron sin recompensa porque tras ganar fueron a quitarse el baño, no haciendo caso así a Lara Álvarez. “El Pirata Morgan ha decidido dejaros sin recompensa por desobedecer” decía la presentadora entonces.

Además, recordó que lo único que se reclama es "actitud y educación, y lo pedimos cada día". Una educación que no siempre está presente, como ya se ha comprobado.

Las sanciones aleatorias del programa

La primera concursante en recibir una sanción en esta temporada fue Violeta, que tras saltarse dos normas fue puesta en manos de la audiencia, y la envió a la Playa Abandonada. Ella, indignada, llegó a hacerle un corte de mangas a Jordi González.

Días después, Violeta y Dakota peleaban con Carlos Lozano, el cual era el Pirata Olvidado y no podía, por tanto, hablar con sus compañeros. No obstante, el presentador y las jóvenes se cruzaron insultos como “gorda” o “implantao” y por ello Jordi aprovechó para recordarle que, por su condición, el Pirata Olvidado, “solo puede hablar al aire, emitir ruidos y hacer gestos, pero no puede hablar directamente con nadie”. “Bueno, pues que me sancionen” asumía Carlos Lozano.

Jordi González apuntó que “no vamos a tomar ninguna medida” porque “entendemos que en vuestra batalla hayáis hablado directamente” pero pidió que se hable “a los dioses, a las estrellas, a los pájaros”, pero no a los habitantes de Cabeza de León, a los cuales recordaría que no se puede hablar.

Como esto parecía poco, Carlos Lozano al final volvió a saltarse las normas y se dio un paseo solo por la isla, sin acompañamiento de miembros del equipo, lo que suponía un riesgo para su salud y su integridad. Ahí no pasó nada, pero luego, volvió a hablar con sus compañeros. ¿El castigo? Que Violeta se fuese a vivir con él al palafito, y que sus compañeros tuviesen que llevarles la comida, el agua y el isotónico; además, tenían que acompañarlos al baño siempre que les hiciese falta.

¿Para cuando un castigo ejemplar, como apagarles el fuego?

Los castigos, en general, se perciben como blanditos, y en casos como lo de Carlos y Violeta, llegan tarde; a veces, como hemos visto, los castigos quedan en manos de la audiencia, y así, un concursante se puede saltarse varias veces las reglas e irse de rositas.

Lejos queda ya aquellas ediciones en la que los concursantes realmente eran supervivientes y las pasaban canutas de verdad. Como dice Carmen Lomana, sin esterillas, sin latas de comida surgidas de lugares secretos, con sanciones de esas que echan a temblar a cualquiera.

Se me viene a la cabeza, por ejemplo, cómo en La selva de los famosos, el Supervivientes de famosos de Antena 3, Paula Vázquez (que ejercía un papel como el de Lara Álvarez) acudió al campamento y les apagó el fuego y les quitó un toldo después de que descubrieran a una concursante, Laura Manzanedo, lavándose los dientes, y a otra, Sylvia Pantoja, con cerillas.

Como decíamos, en los últimos años, ese tipo de decisiones de dejan en manos de la audiencia. Por ejemplo, en la edición de 2018, Sergio Carvajal, Isabel Castell, Sofía Suescún, Alberto Isla y el cantante Francisco reconocieron haberse saltado las normas para encender su fuego. La organización pasó la patata caliente al público: ¿se debía apagar su fuego ilegal o mantenerlo? Finalmente, las llamas continuaron encendidas.