MasterChef comenzaba esta temporada con un importante cambio tras la marcha de Eva González a Antena 3 para presentar La Voz. Al igual que en otras ediciones internacionales del formato, éste pasaría a no tener presentador y serían los jueces Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz los que se harían cargo del programa.
Pero, además, los tres jueces no sólo ejercerían como tal sino que, un poco en la línea de La Voz, cada uno también lideraría un grupo de participantes y al final de temporada no sólo ganará un concursante, sino también su mentor.
El talent de cocina tuvo su mejor estreno en cuota de pantalla
La renovada y llamativa dinámica de Masterchef fue bien recibida por la prensa y el público y, gracias también al arrastre del Malta-España clasificatorio para la Eurocopa 2020 -anotó un 26,5% y 4.798.000 espectadores-, el talent de cocina se estrenaba ante un 21% y 2.176.000 espectadores, su mejor estreno en cuota de pantalla.
Ya en la siguiente entrega, tras los efectos de expectación y del fútbol, el programa bajó ligeramente. Sin embargo, en la tercera entrega el talent volvió a subir y anotaría un 18,3% y 2.242.000 espectadores, lo que le valdría para liderar la noche sobre Allí abajo y Secretos de Estado.
Todo cambiaría debido a las elecciones generales del 28 de abril. Y es que, debido al debate a seis en La 1, al programa le tocó descansar el pasado 16 de abril. No obstante, lo peor aún estaba por llegar.
Una semana después, después de muchos dimes y diretes, Atresmedia celebraba su debate a cuatro. Y en la pública, en vez de haber dejado descansar el programa una semana más, decidieron continuar con su emisión.
Fue el mayor error de esta temporada. El talent cayó a su mínimo histórico con un 9,6% y 1.573.000 espectadores y desde entonces no ha conseguido levantar sus datos y siempre ha estado por debajo de los dos millones.
El tsunami 'Supervivientes'
Hay que recordar, eso sí, que desde la siguiente semana al debate, a MasterChef le tocó competir con el debate de Supervivientes de la noche de los martes, Tierra de Nadie, que desde este año ha pasado a emitirse en Cuatro.
Esto hizo que se añadiera un nuevo competidor a la noche ya que Telecinco no terminó de tirar la toalla de forma definitiva y, de hecho, ha habido noches en las que Mediaset ha llegado a acaparar más del 30% de la cuota de pantalla.
De esta forma y, a falta del dato de la final, que siempre suele ser mayor, la temporada se cerrará con un 14,9% y 1.859.000 espectadores. El dato está, por supuesto, por encima de la media del canal en el mes (8,8%). Sin embargo, pierde cuatro puntos y casi 700.000 espectadores respecto a la pasada temporada (18,9% y 2.528.000 espectadores).
Aún con estos datos, parece más que evidente que MasterChef tiene su renovación más que asegurada. Primero porque los datos aún están por encima de la media de la cadena y la fragmentación de la oferta ha hecho que la audiencia haya bajado. Y, segundo, por el prestigio y marca que da a la cadena.
Obviamente, las críticas al casting y al bajo nivel de la competición no se pueden obviar. Pero, de cara al futuro, en La 1 deberían ser más cuidadosos con sus formatos estrella. MasterChef ya ha sufrido varios cambios de días en su emisión y no merece que, por culpa de errores, se desgaste más de lo que se desgasta un formato que lleva más de quince ediciones en antena. El espectador no lo merece.