Aleix Puig se convirtió anoche en el ganador de la séptima edición de MasterChef al superar a Teresa y Valentín y tras apostar por la cocina mediterránea, la tradición, los sabores de su tierra, pero tambié metíendose de lleno en la vanguardia.
Junto a Aleix también se proclamó ganador Jordi Cruz ya que, por primera vez en la historia del talent, los jueces compitieron entre sí apostando por aspirantes de forma individual y se confirmó que el gran visionario fue Jordi cruz al llevar a tres de los suyos a la final.
Natural de Manresa (Barcelona) Aleix tuvo que dejar su pasión para ayudar económicamente a su familia, dejándose la piel en la pescadería de su madre y viendo en MasterChef el último tren en el que montarse para que su vida diera un giro por completo.
Por suerte, su entrega y dedicación sirvieron para que programa a programa evolucionara como chef y terminara sorprendiendo al jurado con un menú de lujo en la final.