Ana Rosa, Emperatriz del Cátodo

Ana Rosa, Emperatriz del Cátodo

Televisión

Ana Rosa, Emperatriz del Cátodo

29 junio, 2019 11:23

Esta semana, mis amigas de(l) Bluper, me han pedido que hable de la realeza. Pero no de ese tipo de royals de cetro hereditario. No de esas familias de cacería de elefantes y banquillo de los acusados. No me han pedido que hable de aquella saga marcada por yernos que ya no lo son y otros, que bien debían haber dejado de serlo. No, hija no… Me han pedido que hable de la Reina, la Emperatriz del audímetro. Así en mayúscula. Querida Ana Rosa… ¡Cómo no ibas a ser tú!

Todo lo que toca AR lo convierte en oro, pero en oro bueno, nada de baratijas de golfi, de brillo efímero… de charcutería fina, que diría la finada marquesa del Chimpún (¡ay Maruja! ¡Cuánto se te echa de menos!) Ana Rosa es como la niña lista del colegio de las monjas. La hermana maciza de tu mejor amigo. Como la que mejor canta en el coro de esa parroquia llamada Telecinco.

Todo lo que toca AR lo convierte en oro, pero en oro bueno, nada de baratijas

Sus gorgoritos eclipsan el graznido de aquellos que intenta imitarla, torpedear su imperio de información y entretenimiento. Ana Rosa es, junto con la Reina Sofía, la única mujer mortal que sólo va al aseo para retocarse el flequillo. Alguien con esa pátina de grandeza no excreta residuos… ¡por no mear, no mea ni colonia! ¿Quién si no ella puede “pegarse unos tiritos” con la todopoderosa Campos y seguir tuteándose con ella como si nada hubiera pasado?

El Programa de Ana Rosa está hecho a imagen y semejanza de esta auténtica máquina de parir share: tiene ritmo, rezuma periodismo cuando debe y tiene lo mejor de la telebasura Premium cuando la información se vuelve densa para esa tropa de maris y peluqueras en excedencia que conectan con Telecinco a partir de las 12 ávidas de su ración de GH VIP. ¿Es lista mi Ana Rosa o no?

Y qué decir de la revista AR. ¿Que la portada tiene photoshop hasta en los rótulos? Claro, nena. A ver si cualquiera de los bocazas que critican esto tiene el mismísimo de poner su cara en la primera mes tras mes, llueva, truene o se te haya ido el bótox al zancajo. ¡Hay que tenerlos más bien puestos que Karmele Marchante con su posado para Interviú! ¡Más arrestos que Alejandra Botto cuando sacó el “Vendetta” allá por 1998! (¡Qué temazo, niña!) ¡Más cuajo que Ortega Cano cuando se cantó el “Agustito”! ¡Más pelotas que el cirujano de Cher! ¡Más valor que los leones de Ángel Cristo ante el látigo de Bárbara Rey!

Una emprendedora

Ana Rosa siempre ha sido una chica emprendedora, una chica yeyé. ¡Cómo fue aquello de Extra Rosa! ¿Se podía tener más clase que aquellas dos señoras hablando del colorín en plan tertulia de divorciadas divertidas? Lo de Sabor a ti ya fue el disloque. ¡Qué inocencia más bien disimulada! Mi Mon Santiso y su humor gallego…

Después Antonio Hidalgo con aquella orquesta tan de los 90. ¿Qué cantaba mal? Chocho, ¡qué más da! Ríete, pero éste vendió 50.000 discos de aquel “A ti mujer” que le dio por perpetrar. ¡Se lo quitaban de las manos! Y Jorge Javier y el repaso a las revistas. Por aquel entonces sí se reía de verdad en televisión, ahora, todo es pose… Todo es pensar en el share, en la venta. Money, money, money…

Se comió los insultos de todos los culturetas que esperaban su caída como los buitres

Ana Rosa es tan grande, tan legendaria, que tiene arte hasta para equivocarse. ¿Cómo fue lo de Sabor a Hiel? Se hincha a vender libros y luego resulta que “el ordenador” le había intertextualizado la mitad de las obras ejemplares de dos conocidas autoras del folletín internacional. ¡Olé, olé y olé! Mucho escándalo, sí. ¡Qué vergüenza! ¡Es un plagio! ¡Cómo se ha atrevido!

Que sí, que sí pero… ¿dejó de dar la cara tarde tras tarde en Antena 3? No, darling. Puso la mejilla hasta que se la partieron, luego la frente, la otra mejilla… Le falto pedir perdón por la muerte de Chanquete. ¡No faltó a su programa ni un día! Lo que decíamos antes: ¿quién tiene más huevos? Se comió los insultos de todos los culturetas que esperaban su caída como los buitres cuando sobrevuelan a la presa aún viva. Aguantó los chaparrones de todas las tertulias habidas y por haber. Aguantó y, a la vista está, con el tiempo venció.

¡Ay, AR cuánto nivel! Ya quisieran muchas llegar a tus éxitos. Ya quisieran muchas de las que se autoproclaman presentadoras haber sobrevivido a tus penas. Que la televisión es más que un porcentaje de audiencia lo saben muy pocas. Digo saberlo… porque entenderlo, sólo lo entiende Ana Rosa Quintana.