En España la extrema derecha ha avanzado, y ahora, temas como la celebración del Orgullo LGBTIQ+ está en el punto de mira de partidos como Vox. De hecho, esta seman, el portavoz en el Congreso de dicho partido, Iván Espinosa de los Monteros, ha criticado a la coordinadora Gay de Madrid (COGAM) por excluir de la marcha del Orgullo a Ciudadanos y PP, y por ello dijo que “habrá que ver si seguimos permitiendo que organice en Madrid cosas que solo están hechas para algunos”.
El Orgullo LGTBIQ+ es necesario (y ahora más que nunca) para gritar contra todas las injusticias y crímenes que sufren las personas homosexuales, bisexuales, transexuales y demás que integran el colectivo. Podemos leer los periódicos y ver telediarios para interesarnos en el tema y conocer lo que pasa en la calle, en el día a día, o si no, ponernos alguna serie, pues muchas, cada vez más, nos hacen ver cuán importante es salir a la calle, una vez al año, para alzar la bandera de arco íris (o aquella con la que cada uno se sienta identificado) y pedir que cesen las agresiones y la discriminación.
La heterosexualidad no encabeza los delitos de odio
En un momento en el que algunas personas con ganas de llamar la atención reclaman un “día del orgullo heterosexual” podemos ver que en nadie sufre una agresión por sentirse atraído por personas de su mismo sexo. Sin embargo, sí son agredidos por ser homosexuales o transexuales, y podemos citar como ejemplo Slasher (en su tercera temporada, estrenada hace poco, presenciamos una escalofriante paliza a un adolescente al que han etiquetado de gay), o la castiza Terror y feria, que en uno de sus capítulos nos narra cómo una mujer transexual fue asesinada después de tener sexo con un hombre que se avergonzaba de ella. Y es que si el Orgullo Hetero no existe es, en parte, porque la heterosexualidad no encabeza la lista de delitos de odio.
¿Está prohibido el matrimonio entre personas del mismo sexo?
Las personas LGBTIQ+ en muchas ocasiones son expulsadas de su casa por el simple hecho de su condición. Pasa a día de hoy en la vida real, y en la ficción podemos verlo, por ejemplo, en la espléndida Pose, en el que vemos cómo algunas mujeres transexuales se convertían en “madres” de jóvenes gays o transexuales a los que sus familias biológicas habían repudiado. Serie que, por cierto, ya ha sido renovada para una tercera temporada.
En la actualidad, España y otros países permiten casarse a las personas de su mismo sexo, pero en total la lista no llega ni a 30. Que se permita el matrimonio homosexual no significa ganar un derecho, sino la eliminación de una discriminación, que es diferente. El homosexual siempre ha podido casarse, pero con personas del sexo opuesto, no con quien amaban.
Y además, no hace tanto que se permite este tipo de matrimonios. En la ficción, podemos ver en American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace cómo el diseñador no podía casarse con su pareja desde hacía más de una década porque no era legal, simple y llanamente. En Vis a vis, por otro lado, presenciamos cómo Saray (Alba Flores) era obligada por su familia a casarse con un hombre pese a ser lesbiana. ¿Existe, acaso, alguna cultura en la que socialmente te presionen para casarte con personas del sexo opuesto?
Volviendo a Versace, es interesante también analizar cómo esta serie, basada en hechos reales, nos recuerda no solo que hay países que no permiten el matrimonio igualitario, sino que ni siquiera puedes decir que eres homosexual. Cuando Gianni Versace (encarnado por Édgar Ramírez) decide salir del armario, su hermana Donnatella (Penélope Cruz) le dice que entonces se cerrará las puertas a numerosas ventas internacionales. Que es mejor quedarse callado para que no falte trabajo, y para poder hacer viajes de negocios de manera segura, sin miedo a ser detenido. Además, este hecho también nos hace reflexionar cómo el hecho de que alguien sea heterosexual no es noticia, pero sí que no lo sea.
El componente religioso de la homofobia
La homofobia puede tener un componente religioso; muchas religiones señalan que dios nos hizo hombre y mujer para que nos reprodujésemos, y que salirse de ese camino es motivo para la discriminación, para el odio incluso. La religión ha atormentado y atormenta a miles de personas, y haciendo zapping (por la tele tradicional o las plataformas) podemos encontrar ejemplos en Élite, en El Exorcista o en Chewing Gum si es que queremos tomarnos el tema con humor.
La religión, la cultura en la que te muevas o tu entorno más cercano te puede hacer vivir homofobia interiozada si eres LGBTIQ+, esto es, una suma de prejuicios que te han impuesto y que te hacen pensar que la homosexualidad es peor (por no decir lo peor), y que limita el derecho del individuo a la libre expresión de su persona (por ejemplo, que se contenga si tiene pluma, o que no vayas de la mano de tu pareja por la calle).
Si tú recibes un bombardeo que te ha hecho creer que no eres tan bueno como los heterosexuales, que tienes algún tipo de traba o tara y por eso te mereces ciertas discriminaciones o vejaciones lo que se consigue es que interiorices el mensaje de que tú vales menos. Algo así como lo que le pasaba a Lito (Miguel Ángel Silvestre) en Sense8 o a Courtney (Michele Selene Ang) en Por 13 razones.
La censura de la homosexualidad
Desde siempre se ha utilizado la orientación o la identidad sexual para hacer chistes, o directamente, para insultar. Hemos presenciado chistes homófobos o tránsfobos en Los Simpson (Martin Prince ha sido quizá la mayor diana para estos insultos), en Aída, en Bienvenidos al Lolita, en Anclados, en Por 13 razones. Si hace falta un día del Orgullo LGTBIQ+ es porque quizá nunca hemos visto una serie en la que se acose en el trabajo, en la escuela o por la calle a una persona por ser hetero o cisexual. Porque es algo que jamás ocurre en la vida real.
Recordemos también nadie te intentará llevar a terapia por ser heterosexual o cisexual. En este sentido, en televisión hemos visto cómo se ha internado en un manicomio a la protagonista de la segunda temporada de American Horror Story (o por estas tierras, a Gonzalo en Amar es para siempre). Conste que a día de hoy hay partidos como VOX que ven bien las "terapias de reconversión"; y tampoco olvdemos que la cisexualidad es algo que ningún médico te tiene que diagnosticar, mientras que la transexualidad sí.
Por todo lo expuesto, y mucho más, feliz Orgullo.Y a seguir manifestándonos para luchar contra la discriminación, y siguiendo con la televisión, para que no existan países ni estados en los que se censure series porque muestren conductas heterosexuales, o posibles lecturas LGBTIQ+ de su contenido, como ocurrió con la ficción animada Arthur en la que se mostraba una boda entre dos hombres hace muy poco.