Este sábado la televisión se volcaba con el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, y entre otros espacios, Viva la vida quiso recordar este hecho histórico desde diferentes puntos de vista.
Por un lado, explicaban que para muchos escépticos este alunizaje no es más que un fraude orquestado para ensalzar la hegemonía estadounidense, poniendo como ejemplo la ausencia de estrellas o que la cámara de vídeo variase su definición según tenía que grabar planos generales o el plano detalle de la huella del hombre en el satélite.
A continuación, el programa conectaba con Fresnedillas de la Oliva, una localidad madrileña en la que la NASA instaló una estación espacial que servía de comunicación entre la nave y la Administración Nacional de la Aeronáutica de Estados Unidos, y que fue el lugar donde primero se oyó la voz de Amnstrong al alunizar.
El primero en hablar fue José Manuel Grandela, uno de los técnicos que aquella madrugada, hora española, se encargaba de controlar las comunicaciones, y antes de empezar a recordar anécdotas, pidió al programa que rectificasen las informaciones previas.
“Quiero que deshagas ciertos comentarios que has hecho previamente. Esto es jugar con desventaja, porque has estado enseñando me imagino enseñando imágenes a la gente con preguntas semicondicionadas, y donde estoy yo no estoy viendo nada” se quejaba el hombre, muy enfadado.
En lugar de rectificar, la reportera le preguntó si no creía en esos bulos, y él decía que aunque no había visto las imágenes sí que había escuchado los comentarios y que había muchas cosas mal. “Has dicho que lo estaban viendo 400.000 personas cuando era un mínimo de 400 millones” espetaba el entrevistado, que añadía que a la audiencia se había hablado de tres centrales nucleares cuando en realidad son tres centrales de seguimiento espacial. “Por ahí no paso”, protestaba. “Es que José Manuel es especialista en todo esto” se justificaba la reportera.
Unas palabras que enfadaron más al invitado. “Estoy dando contestaciones a gente que no saben de qué va la guerra y les estás deformando la información, y yo que estoy escuchando no puedo caer en eso”.
Desde plató, Sandra Barneda quería poner un poco de paz y explicaba que solo se habían hecho eco de las teorías de la conspiración existentes, que es algo de lo que “se suele hablar”. Así, quiso devolver la charla a su camino y preguntó “fuera de la anécdota popular, cómo vivieron ustedes ese momento hace casi 50 años”.
“¿No me vas a dar ocasión a explicar a toda esa gente de por qué es imposible todo lo que dices? ¿No me vas a dejar esa opción?” volvía a replicar el invitado, que dejaba de intervenir ya que el programa continuó hablando con otros de sus compañeros.