En el plató de Sálvame se vivió un buen susto en la tarde de este martes, antes de comenzar el programa. Y es que mientras que Kiko Hernández realizaba una prueba de sonido, la colaboradora Chelo García-Cortés entraba hablando por teléfono, y se tropezó con el marco de la puerta.
Según narraron, Chelo “volaba” y tras ser asistida por los servicios médicos de la cadena se comprobó que tenía una herida considerable. “Me voy a que me curen, estoy tranquila”, decía la periodista mientras dejaba Mediaset en una silla de ruedas. “Es una herida abierta entera”, apuntaba, indicando el hierro con el que se había cortado.
28 puntos de sutura
A lo largo del programa se dio varios partes de cómo evolucionaba Chelo y sobre las seis y media desvelaban que si bien el corte no le había afectado la movilidad, sí que tuvieron que darle hasta 28 puntos de sutura que deberá llevar diez días, que tendrá que hacerse curas y tomar antibióticos.
Al final de la tarde, Chelo acudía al plató con la pierna vendada y fue recibida con aplausos por sus compañeros y por el público. No han obligado a Chelo a venir, pero ella ha querido venir a terminar Sálvame con todos ustedes y me gustaría agradecérselo con un aplauso que se le meta en el alma, como si hoy hubiera ganado Supervivientes” pedía Kiko Hernández, que hacía ese día de presentador. "Genéticamente soy bastante fuerte y cicatrizo bastante bien, pero ahora tengo que ir con muletas" afirmó Chelo, quitando importancia al asunto y añadiendo que no va a darse de baja pese a la herida.
Kiko además quiso recordar que Chelo lleva una mala racha con los accidentes: el verano de 2018 sufrió una caída que le provocó la fractura de varias piezas dentales. Además, en Supervivientes se cortó con un coco y casi se desmaya por ver la sangre, algo que esta vez ha evitado pese a haberse hecho un desgarro mayor.