Focos, fama, reconocimiento y poder. La televisión es lo que es. Ni más, ni menos. La televisión es entretenimiento, de más o de menos calidad. Y la televisión también es información, de más o de menos calidad. Pero lo que no es, es un Parlamento. En la televisión no se firman leyes (aunque alguno quiera) y en la televisión no se hacen acuerdos.
El pasado día 17 se vivía una jornada histórica. Por primera vez, los grupos de oposición aprobaban una ley redactada por ellos. El cambio, como nos vendieron. Sin embargo, Ramón Espinar no acudió porque estaba atendiendo a un medio de comunicación en los pasillos de la Asamblea de Madrid.
Trabajo, dicen desde Podemos. Un partido político debe estar en el Congreso, en el Senado o dónde se tercie. Y más un partido político que nace, crece y se reproduce huyendo de la vieja política. Un partido político trabaja en el Congreso. Por supuesto que los políticos deben dar explicaciones a los ciudadanos y la televisión es un medio excelente para llegar a todo el mundo. Pero hay tiempo para todo. Igual que hay tiempo para respirar.
A Ramón Espinar siempre le han gustado los focos
Al senador Ramón Espinar siempre le han gustado los focos de la televisión. Le han gustado los de Cuatro o los de laSexta. Le han gustado los de Telecinco o los de Antena 3. Da igual de dónde venga el calor de esa luz. Lo importante es que llegue. Da igual de dónde hablen, lo importante es que hablen.
Pero la televisión es lo que es. Es Sálvame y también Salvados. Es Tu cara me suena y también Gym Tony. La tele es hasta Bertín Osborne. Es lo que es y se muestra tal y como es. Por mucha información que dé y por muy intensa que se ponga en su discurso, hasta el programa más político de la televisión es espectáculo.
Y, humildemente digo, España no está para personas que dan espectáculo en un Congreso. A Podemos le ha ido bien llamando la atención. Lo hizo fuera y ahora lo hace dentro. Un discurso válido y valiente. Un discurso de redes sociales. Un discurso rápido que llega al pajarito azul en cuestión de segundos y se viraliza. Pero un discurso que tiene que verse reflejado en la vida real de los españoles y no de los espectadores. La televisión es lo que es: foco, fama, reconocimiento y poder.