Con la llegada de septiembre termina el descanso veraniego de numerosos programas de televisión, que vuelven a la parrilla. Así, en La 1, desde esta noche las reposiciones de Viaje al centro de la tele dan paso, de nuevo, a TVemos, un programa imágenes actuales, sorprendentes, divertidas, tiernas, curiosas presentado por Elisa Mouliaá.
BLUPER ha tenido ocasión de hablar con Elisa, y nos ha desvelado algunos de los cambios que trae el programa en esta nueva etapa.
¿Qué novedades trae la nueva temporada?
Va a tener mucho más ritmo. Vamos a jugar más entre el locutor y yo. Va a ser un poco el rollo de Modern Family, cambiando la cámara. Va a estar más entretenido. Se seguirán utilizando imágenes más actuales, que los espectadores mandan... La gente graba cosas espectaculares en su casa, en la calle o en el metro.
Te hemos leído algo muy enfadada en redes sociales con aquellos que critican el formato...
También es verdad que el tono con el que cada uno lo lee es muy diferente. No he querido insultar nadie, sino decirlo de forma educada. Pero creo que había que decirlo de alguna manera. Hay personas de hoy en día que con toda la modernidad se valora poco el contenido clásico. Y a mí me parece necesario porque fomenta unos valores muy positivos para los niños porque premia el esfuerzo, premia la actitud, el talento, el superarse a sí mismo... Creo que se tenía que decir.
TVemos fomenta unos valores muy positivos para los niños
Hoy en día estamos acostumbrados a ver contenidos innovadores, pero si ha funcionado tan bien es porque ha dado un contenido diferente a la competencia y no una tertulia. Y segundo porque al final son imágenes sorprendentes y con valores que unen a la familia. Yo he recibido de padres dando las gracias porque es fácil ver con los hijos. Me da pena que un contenido que está funcionado súper bien, se esté criticando así. La audiencia es positiva y habla por sí misma.
Quizá en Twitter se hace crítica de este programa porque sus usuarios ya han visto esos vídeos y el público al que está dirigido no tanto...
Al final es un contenido enfocado a personas normales que no están todo el día enganchados al teléfono, que tiene su trabajo, tienen su vida... Es un contenido muy viral que muchos ya habrán visto, pero la mayoría de la gente no. Yo como presentadora no los he visto. Quizá alguno por Whatsapp. Y la mayor parte del contenido diario es actual.
Pero, ¿eres consciente de que trabajas en una cadena pública y el listón es más alto?
Sí, porque es el dinero público, el dinero de todos. Y siempre va a haber alguien que se sienta ofendido. Pero, mira, por ejemplo en la pública no hay anuncios. El precio que pagas en otras cadenas privadas es tragarte los anuncios y en TVE tienes un contenido que es bastante decente, digno y de calidad y creado por grandes profesionales y no te tienes que tragar ningún anuncio.
¿Estáis renovados hasta...?
No lo sé. Estamos renovados por esta temporada hasta finales de otoño. Pero todo puede pasar. Lo lógico es que nos lleven hasta invierno. Pero ya veremos. Opciones hay pocas que aguante la competencia tan dura como Supervivientes y El Hormiguero. Esto va a favor del programa porque sino hay otras opciones, lo inteligente es seguir apostando por lo que funciona.
Contabas hace unas semanas que tenías una novedad televisiva que no podías contar. ¿Se puede contar ya?
No lo he cerrado todavía. Es ficción y está muy bien, pero no puedo contar nada. Una vez conté un proyecto que tuve hace unos años para hacer de Isabel Preysler y luego se lio parda porque de repente se paralizó el proyecto a dos semanas de rodar. Era una tv movie de Julio Iglesias y luego no sé qué pasó que entró la crisis y se paralizó. Estuvimos a punto de irnos a República Dominicana a grabar. Y de repente nunca nos fuimos.Yo preparé el personaje con una coach...
Hay pocas opciones que aguanten la competencia de Supervivientes y El Hormiguero
¿Y no os explicaron qué pasó?
Hubo habladurías de que el dinero no había llegado, si Julios Iglesias no había querido... Se dijo de todo. Pero esas cosas nunca se saben. Desde entonces aprendí a no decir nada. El año pasado también perdí una serie a una semana de empezar a rodar y con el contrato firmado. Me cambiaron por otra en el último momento y fue rarísimo. Fue un palo profesional, con cuatro meses de ensayo, todo preparado. Aunque es verdad que me recompensaron...
¿Y a esa serie le ha ido bien?
No mucho. Fijate el destino.
De momento también hay opciones de volver a Servir y proteger...
Sí, me mandaron a Valladolid por lo que el personaje puede volver. Pero es una serie muy dura de hacer. Estuve dos años y me apetecía parar, refrescarme, meterme en algo nuevo.
Pero hacer una serie diaria es bastante incompatible con otros trabajos...
No puedes hacer nada, ni teatro. Aunque seas un secundario. Al final tienes que estar ahí todo el día.
En las series diarias también hay mucho crítico. ¿Qué les dirías tú?
Hay 'hipsters' en todos lados. Hay series diarias que son muy necesarias. Y Servir y proteger refleja muchos problemas de la sociedad reales y gran parte de la razón de la ficción es precisamente manifestar la realidad para cambiarla. Se ponen problemas como la violencia de género, ahora hay una actriz transexual. Así se rompen clichés y ayuda a la sociedad.
Mi idea es buscar algo fuera de España como actriz
¿Quién dirías que fue tu descubridor?
Luis San Narciso. Gracias a él yo entré en Águila Roja. Yo en principio entraba por una temporada, pero luego me casaron con el comisario y estuve siete. Luis me dio la oportunidad de meter el pie. Es muy difícil mantenerse en esta profesión y competir con grandes nombres. Pero me dio un impulso muy importante.
¿Eras consciente de quién era?
No, la verdad. Sabía que era el director de casting de Globomedia, la productora estrella. Yo estaba nerviosísima. Era todo muy grande.
Te he visto un vídeo en Twitter con un monólogo en inglés. ¿Has intentado probar suerte en producciones en inglés?
Estuve trabajando durante seis meses en Praga haciendo Los Borgia. Fue mi primera experiencia. Y ahora he dejado mucho el inglés, teniendo un marido australiano. Pero ahora le doy caña el videobook, he hecho un corto en inglés... Y la idea es buscarme algo fuera. Mi representante tiene contactos en EEUU y me moverán también por Londres. Esto va pasito a pasito. Lo voy a dar todo por entrar en alguna.
En Twitter también eres muy defensora del medio ambiente y muy activa...
Estoy un poco impactada con el mundo en general. Estoy en shock. Vi un documental que se llama sobre el análisis de datos y como algunas empresas ayudaron a Trump y políticas autoritarias a subir al poder. Y con todo esto que está pasando con Bolsonaro, el Open Arms, me pregunto hasta qué punto la manipulación mediática está colonizando el mundo porque lo hacen a través de herramientas que usamos para compartir nuestras vidas. El mundo está muy ciego porque no estamos viendo hasta que punto estamos manipulados y las noticias puede ser falsas para manipular tu mentes y conseguir votos.
La gente te cataloga de izquierda o derecha por haber expresado un pensamiento crítico
Me planteo el uso de las redes, de cómo contrastar antes de opinar. Con lo del Open Arms me posicioné tras leer muchas noticias. Y la gente me escribía diciendo que era una mafia porque salió un vídeo en Twitter que se demostró que estaba manipulado. Todo esto me da un miedo porque nadie está exento de la manipulación. Todos opinan y nadie contrasta. Está ganando el poder, están aniquiliando bosques, personas y nos dividen entre unos y otros para ocultar determinadas situaciones.
Está bien que gente con relevancia pública aproveche los altavoces que tiene para hablar de esto...
Yo no me puedo quedar callada. El otro día me leía un artículo de Rosa Montero que hablaba de que rápidamente la gente te cataloga de izquierda o derecha por haber expresado un pensamiento crítico. Parece que no puedes tener un pensamiento libre y crear tus propios conceptos. Considero que cada vez se debe fomentar más que la gente hable, debate y abrir debates porque eso es lo que nos hace pensar. Y eso es lo que hace a un país avanzar.
Hay un miedo al hater...
¿Ellos tienen derechos a decir lo que piensan y nosotros nos tenemos que callar? Pues no.