Decíamos en nuestra crítica de la segunda temporada de Élite (que hoy se estrena en Netflix de forma global) que la serie es lo que es, no pretende ser nada más. De hecho su nombre lo dice todo: una élite de chicos ricos, guapos, de buenos cuerpos.
De ahí que uno de sus creadores, Carlos Montero, dijera en la rueda de presentación de la ficción que, a la hora de abordar las nuevas incorporaciones para suplir algunas bajas, querían actores que fueran “buenos, inteligentes y que estén buenos, sean guapos y tengan carisma”.
Élite es lo que es. No es Euphoria
Algo de lo que son conscientes los propios actores. “Élite es lo que es. No es Euphoria”, afirma sincero Miguel Bernadeau, quién interpreta a Guzmán en la ficción. “Lo bonito de Élite es que es una serie consciente de lo que es. Y eso lo exprime muy bien. Mucha parte de la historia y de la trama es la estética, tanto de los personajes como las luces, los planos, el vestuario.. Y eso es parte de la historia, que hoy en día está muy de moda”.
“Esta serie es lo que es y uno de los ingredientes es para un público más joven que le interesa ver a chicos jovenes, guapos, semidesnudos, haciendo locuras”, añade por su parte Georgina Amorós, a quién hemos visto en Benviguts a la familia y que aquí interpreta a una instagramer con un importante secreto.
“Es un ingrediente de la ecuación que plantean para el target al que está dirigido”, confiesa Claudia Salas, que llega a la segunda temporada de la serie para meterse en el papel de Rebeca, una chica de origen humilde cuyo estilo de vida cambia de manera radical tras convertirse en rica.
¿Líderes de un cambio?
“Pero estamos en una época de cambio y como tal me gustaría pensar que va a seguir avanzando este momento de evolución a la hora de dar perfiles a personas que estéticamente no tienen por qué tenerlo. Por ejemplo, el papel de galán no tiene por que ser rubio y de ojos azules”, añade la actriz.
Como profesional y como actriz tienes que saber en qué carrera estás
“Hay muchas caras nuevas esperando a que les den la oportunidad. Yo por ejemplo no era nadie y me han dado la oportunidad. Cómo jóvenes y personas que estamos dentro de la industria, deberíamos intentar impulsar más este cambio y que no sea solo lo estético y el escaparate físico, que no se rija en eso y no se quede en los superficial”.
En esto coincide Amorós. “A las generaciones jóvenes nos toca apostar un poco más y atrevernos un poco más y demostrar que eso funciona. Y una mujer que igual no es super atractiva, también hay que verla”.
Lo mismo piensa Mina El Hammani (Nadia) quien, sin embargo, cree que es imposible cambiar la industria. “Es una realidad como profesional. No puedo debatir nada de un patrón que ya está hecho y del cual no voy a poder cambiar absolutamente nada. Como profesional y como actriz tienes que saber en qué carrera estás. Y hay determinados proyectos en los que la gente que decide son la gente que decide. Y esto es también política. Hay series que por mucho que tú le quieras dar un perfil a cierto personaje, a lo mejor prefiere que esta persona sea atractiva... Esto pasa aquí, en China o EEUU”.
Por todo ello “es algo que no pienso ni voy a pensar jamás. Igual que si tengo 20 millones de seguidores y me van a dar trabajo por esos seguidores y no por mi talento y por lo que yo realmente quiera contar. A mi me encantaría hacer de yonki y no sé si el personaje me lo darían a mí. Espero que sí. Lo único que te hace única es tu talento. Al final lo físico todo se puede amoldar o caracterizar. Yo espero que nos critiquen por la interpretación y no por el físico ni por lo que seamos nosotros”.
El machismo
En este sentido se muestra Jorge López, que llega al instituto de Las Encinas para dar vida a Valerio, el hermano de Lucrecia. “Mucha gente te dicen que tienes la suerte del guapo. Finalmente derivan en eso el tema de que te adjudiquen ciertos trabajos a unos atributos físicos. Pero también tiene que ver con que siempre la gente va a hablar y decir cosas buenas y malas. Es algo tan potente que tenemos que decir a través de nuestros personajes que lo físico es netamente estético. Suma, obviamente, porque lo visual es atractivo de ver. Pero en nuestro caso no es lo más importante.
“¡Basta de estereotipos!”, critica Danna Paola (Lucrecia). “Tenemos la oportunidad de comunicar eso. Como mujeres tenemos que amarnos mas. Nos critican más. Si tenemos la oportunidad de promover que lo importante es lo real que eres, que no tienes que ser como la del Instagram, tenemos que hacerlo. Y también aprovechar los medios para que esto llegue”.
“Por mala suerte eso pasa y pasa mucho en nuestra profesión. Y más con mujeres que hombres. Una mujer que no es súper guapa o tiene una belleza especial es más complicado... Nos pasa con todo. Una persona que es negra va a hacer unos personajes con un origen... Nos quedamos mucho en los estereotipos y hay que sacar más chicha”, finaliza Amorós.