Mariló Montero no para de sorprendernos. La última de sus declaraciones explosivas las ha hecho en la revista Hoy Corazón, donde ha declarado que "cada cierto tiempo" le gusta encerrarse en un convento.
Allí se dedica a leer a Santa Teresa de Jesús, San Francisco de Asís o San Pablo. Y como no, aprovecha el tiempo para preguntarse a sí misma cuestiones sobre la vida.
"Cuando mis hijos se fueron a estudiar al extranjero, sentí la casa vacía, sin mochilas por el suelo ni montañas de ropa de adolescente en el cesto", afirma la presentadora de La mañana de La 1. "Me hizo preguntarme qué había hecho con mi vida".
También asegura en las citadas líneas que no le gustan los piropos profesionales. "Lo paso mal y corto", afirma. Además, entra a hablar de temas tan físicos como el dolor: "Tengo el umbral del dolor altísimo, sobre todo el psicológico y físico".