Pol Badía se convertía la pasada semana en el nuevo concursante de Gran Hermano VIP. Una participación llena de morbo, pues mantiene un idilio con uno de los concursantes, el Maestro Joao, y a la vez, en el pasado, fue pareja de otra participante, Adara.
Antes de entrar al concurso, Pol subió un vídeo a Instagram en el que anunciaba que cedía la gestión de sus redes sociales a su hermano Lluís, quien se está encargando de seguir la participación del luchador en la casa de Guadalix de la Sierra.
Lo divertido es el tono que utiliza, lleno de humor. Por ejemplo, en la primera gala de Pol se jactó de que no saliese nominado, en una entrega que fue un éxito de audiencia para la cadena. “Y todo GRACIAS A MÍ. Otra proeza que pasará a la posteridad en el historial de mis grandes hazañas como el descubrimiento del regadío, la invención de internet o Chenoa”, decía Lluís.
En otra imagen, contaba cómo le están llegando muchos mensajes preguntando que cómo podía gestionar Pol Instagram desde dentro de la casa, ignorando el vídeo en el que anunciaba que sería su hermano el encargado de hacerlo. “Puedo leeros usando el ordenador, que de moverse tan poco, mis compañeros han almacenado tanta energía que están empezando a dar wifi. Ahora, por ejemplo, estoy conectado a Mila, que tiene 5G y datos ilimitados. Y ahora os dejo que me voy a ver Peaky Blinders”.
El jueves, en el Instagram de Pol se compartía una imagen del joven dentro de la casa, donde se veía sus musculosos brazos. “Hey, qué pasa morenos. ¿Véis estos bíceps? Pues hoy, durante la gala, no los perdáis de vista porque lo más probable es que salgan nominados” decía. “Y ya está. Hasta aquí el post de hoy. Que la vida no es toda risas y jolgorio. A veces, la vida también es frustración, lloros, traiciones y rencor. Algo así como el grupo de Mila, pero no tanto”.
Con Pol ya nominado, Lluis pidió que voten a Alba para salvar a su hermano. “Los de Cejas y Alba van a por nosotros, pero esta vez haremos los deberes. No como yo con el workbook. Hostia puta, qué mierda de libro. De verdad”.
El sábado, volvía a pedir el voto para Alba Carrillo de una forma peculiar. “Suelo pensar en cuando era pequeño. A veces, me quedaba dormido en el sofá y amanecía en mi cama; mi madre había cargado conmigo y me había llevado hasta allí. Hasta que un día fue el último. Y ni ella ni yo sabíamos que iba a serlo. No hubo acuerdo, pacto o intencionalidad. Simplemente dejó de pasar. Pues algo así debió ocurrirle a Alba con HACER ALGO. Así, en general. Un día se despertó y obvió millones de años de evolución para volver al estado celular primigenio. Y es que ya lo dice la primera ley de Newton: un cuerpo en movimiento tiende a permanecer en movimiento y un cuerpo en reposo, probablemente sea Alba Carrillo”.